A LA REVOLUCIÓN
por
EL KAPITALISMO
Con motivo del Día del Trabajo y en nombre de la Clase Obrera este blog ha sido confiscado por el Comité Proletario de Emergencia. Es un fantasma. Es rojo. Con ustedes... ¡el Fantasma Rojo!
Salud, pequeños camaradas y futuros proletarios. Hoy vamos a aprender qué es el sistema capitalista y cómo destruirlo desde dentro usando sus propias armas.
Niños y niñas, el capitalismo es una sanguijuela que se alimenta de lo que debería ser una relación laboral normal. Tenemos a un proletario que, haciendo uso de su fuerza de trabajo, produce un bien. Una figura de juego que representa a un personaje del Universo Marvel, por ejemplo. Esta sería la Oferta.
Por otro lado tenemos a una persona que desea poseer dicha figura y esta dispuesta a recompensar al proletario por el gasto de su fuerza de trabajo. Dicha persona representaría la Demanda.
En circunstancias normales oferta y demanda se equilibran hasta alcanzar un precio justo. Pero es en ese momento cuando el monstruo llamado capitalismo se entromete en esta relación. La clase burguesa se interpone en la transacción secuestrándola. Como un parásito, el burgués extrae un beneficio al convertirse en transmisor del bien entre la oferta y la demanda. Pero la codicia de la clase burguesa no tiene límites, mis pequeños revolucionarios, y pronto idea arteros métodos para desequilibrar la oferta y la demanda.
En nuestro ejemplo las figuras pasan a ser vendidas en paquetes opacos con distribución aleatoria, con lo que el consumidor deberá gastar más dinero en su búsqueda de la figura deseada. Pero la clase burguesa, no contenta con el incremento en sus beneficios, decide alterar la oferta haciéndo más escasas algunas figuras. El consumidor, que resulta ser un patético friki cuya vida no tiene sentido si no es en posesión del Ultimate Doctor Muerte, pasa también por éste aro y acepta pagar todavía más dinero para obtenerla.
En sus torres de jade los burgueses rien y se regocijan. Disminuyendo la oferta han multiplicado la demanda. Aun mejor, en su compra compulsiva de paquetes el consumidor acumula figuras repetidas con las que acaba comerciando, convirtiendose así en parte del mismo sistema de oferta y demanda desequilibradas que ha hecho de él un friki arruinado.
Los burgueses se han salido con la suya. Como tantas otras veces. Pero en esta ocasión algo es diferente. El capitalismo, ébrio de avaricia, busca mayores beneficios todavía. Y algo sale mal. Muy mal.
Una figura que hace apenas unos meses alcanzaba la más alta cotización de repente es regalada con un coleccionable. Oferta y demanda entran en masa crítica. El mercado de valores se desploma. Al grito de "Doctor Muerte para el Pueblo" niños y niñas corretean figuras en mano sobre las ruinas de esos templos a la especulación llamados "librerías especializadas". Alegraos, mis pequeños Troskys, la Revolución ha llegado y el capitalismo yace inmóvil cual cadaver putrefacto, destruido por sus propias ansias de beneficios.
¿Hay algo más satisfactorio? me pregunto. Si, me respondo. Dejar a ciertas regiones periféricas sin distribución del coleccionable. Con lo que la oferta sigue siendo raquítica pero la demanda ha descendido al mismo nivel. Nuestro friki aburguesado, que tan felices negocios anticipaba con su Dr. Muerte repetido, se encuentra poseedor de un trozo de plástico totalmente devaluado.
¡Por la momia de Lenin! ¡Hay días que me gustaría que existiera Dios para agradecerle el haberme hecho Comunista y Malvado!
MUAJAJAJAJAJAJAJA...