La austeridad ha llegado demasiado lejos.
No no, yo entiendo perfectamente que algunos sacrificios eran necesarios. Que los ciudadanos no podíamos seguir gastando por encima de nuestras posiblidades con ese inconsciente desenfreno que nos ha llevado a esta crisis de la que nuestros sabios gobernantes nos están sacando. Que la moderación del gasto público era imprescindible para poder asumir esos préstamos en ventajosas condiciones que tan generosamente nos ha concedido Europa.
Pero todo tiene un límite.
Hay una línea roja que no se debe cruzar.
Existen necesidades BÁSICAS en las que debe gastarse dinero. Hay gastos que no pueden recortarse porque costean funciones vitales para toda sociedad que quiera ser digna de tal nombre.
Digamos NO! a la obsesión por la reducción del déficit presupuestario a cualquier precio.
Digamos NO!...
...a ninjas de la Mano baratos fabricados en China que ni siquiera se evaporan después de muertos...