viernes, 20 de marzo de 2009

Viaje a la Tejita

El Viajero se levanta por enésimo día consecutivo y ante el abrasador calor imperante y la pertinaz calima grado "ya no se ve la punta de Anaga" decide que el siguiente lunes se va a la playa.

Y llegado el susodicho lunes, el Viajero cumple su voto y parte temprano en la mañana con destino a lugares de suave arena batida por vigoroso oleaje. No tarda mucho en encontrarse el primer obstáculo: la Terminal de Guaguas (eso que los foráneos llamais "autobuses").

Gracias a la mágia de la Red de Redes(TM) y Google Earth mediante podemos disfrutar de una vista de satélite de esta pieza fundamental del Intercambiador, clave de la renovación santacrucera y ejemplo del más puntero diseño urbano.

Consta de dos pisos comunicados por rampas laterales de los que, como puede comprobarse en este diagrama, dos tercios del parque móvil se alojan en el piso superior.

Una vez parten, las guaguas deben bajar a la planta inferior a través de la rampa norte para incorporarse al tráfico.

¿Y los viandantes y futuros usuarios de transporte público? Pues esperan en la zona central cubierta, indicada en verde, o acceden a través de ella a la planta inferior.

Para llegar a ella deben entrar por el único acceso para peatones de todo el complejo, señalado por la ruta azul. ¿Vais entendiendo el genial y revolucionario concepto?

En efecto, todos los peatones tienen que acceder al edificio atravesando un paso cebra en el que se cruzan con dos tercios del tráfico total. ¡Santa Cruz Viva!

El Viajero piensa que habiendo sobrevido al acoso de las magnificentes moles metálicas lo peor ha pasado. Todavia no sabe que lo peor NUNCA ha pasado.

De hecho había olvidado que reside en una comunidad cuartomundista y que la guagua encargada de llevarlo a su deseado destino playero sale cada dos horas.

Eso significa hora y media de espera, paseos por la zona y fotos turísticas.

Las Torres de Santa Cruz. Ahí ahí, provocando...

El Auditorio. Se distingue de otras obras de Calatrava en que ni es un puente ni está en Valencia. Y probablemente sea la primera que se venga abajo.

El bucólico jardincillo que preside las piscinas de Santa Cruz basadas en diseños de Cesar Manrique (porque cuando se construyeron ya llevaba diez años muerto y no resultaba creible decir que estas también las había diseñado). Su sombre y frescor resulta acogedor para los turistas hasta que se les dice que es la antígua montaña del lazareto cubierta de hierba.

Pero por muchas vueltas que de por la zona un cierto margen de espera en la parada es inveitable para el Viajero. Y pocas experiencias sirven mejor para pulsar el estrato sociocultural local. Conlleva como mínimo un encuentro con una Doña (eso a lo que los foráneos os referís con el pintoresco término "señora"). La de hoy ofrece a todos los presentes probar de su bocadillo con guarnición de explicación de nosequé historia del desayuno y regado con zumo guardado en bote de Nescafé.

Get on the Bus:

1 Una chica que va a lo suyo (y con auriculares último modelo)
2 (en el espejo) El chofeh (para vosotros los no guanchehablantes, "conductor")
3 El colega del chofeh que se pega todo el viaje alegando con él (el cartelito sólo prohibe "hablar")
4 La Doña en cuestión.
5 (a la derecha de la Doña y fuera de campo) El Don que en la estación le dijo algo a la Doña que hizo que se levantara y se pusiera a esperar de pie y que se pega el viaje rezongando porque el chofeh y su colega no paran de alegar.

Pero todo lo que empieza tiene que acabar. A veces hasta lo malo. Así que tras la espera y una hora de trayecto el Viajero se baja en El Médano y, recibido por una bocanada de olor a mar, contempla su todavía lejano destino.

Hacia Montaña Roja... ¡Y más allá!

Dada su condición de nativo, el Viajero ya ha realizado antes esta ruta y sabe en qué partes caminar relajado recreándose en el paisaje y qué zonas debe atravesar de puntillas y con mucho cuidado...

...no sea que vuelva a casa embarazado de alien...

Hace años que no se ven los tradicionales patines a pedales marinos. Pero los incondicionales nostálgicos de tan entrañables vehículos pueden dormir tranquilos, pues a la hora de acondicionar el entorno de la playa, el Ayuntamiento del Médano ha pensado en ellos.

Hasta ha pensado en aquellos que puedan quedarse anonadados preguntándose el fin y el uso de tan complejo aparato.

El Viajero considera mudarse a este extraño lugar de ayuntamiento tan pero tan previsor que hasta está preparado para un ataque de los indios.

Hasta los windsurferos locales han aprendido a adaptarse y usan como centro comercial un grupo de contenedores industriales abandonados.

Y, por momentos, no puede evitar la sensación de que falta algo.

Como el cartel que tendría que poner "Nueva York: 8.250 Km", el de "Paris: 3.275 Km"...

Y, finalmente, la playa...

El cielo está despejado y el viento es mínimo :)

El oleaje también es mínimo :(

No se puede tener todo, piensa el Viajero. Cierto, menos para quienes lo tienen todo.

El Viajero contempla con asombro que se ha cambiado la posición de las sombrillas.


Con lo que se pierden esos emocionantes momentos en que durante las mareas de San Juan el mar rodeaba las hamacas de los incautos turistas. No es el único cambio efectuado en la zona.

Por algún ignoto motivo han cerrado el bar que ocupaba uno de los muchos bunkers abandonados de la zona. Más misterioso todavía es que no haya ningún bar en 30 metros a la redonda.

Con 45 minutos de camino por delante, el Viajero emprende el regreso.

Bajo la antenta mirada de un Teide oculto allende la calima.

Una futura víctima de la Ley de Costas: el viejo Hotel Médano.

Mientras otros remojan tranquilamente su corpiño rojo en piscinas privadas.

El Médano es una tierra de contrastes. Unos luchan por dignificarla.

Y otros pugnan por importar el más selecto gore internacional.

La Doña local de la parada se sumerje en un inescapable bucle sobre la guagua que llega muy temprano a ver si es la que viene de Santa Cruz y no la de Granadilla porque llega muy temprano a ver si es la que viene de Santa Cruz y no la de Granadilla porque...

Exáctamente 48 horas después, el día amanece nublado y llueve.

Por poco, ¿eh?

1 comentario:

LoKKie dijo...

plaaaayaaaa....*_*