Echo de menos ese olor salado que tiene el aire saturado de agua cuando apenas te has metido en el mar, en ese punto de la playa en el que rompen las olas.
Echo de menos el calor de otro cuerpo bajo la sábana cuando acabas de despertarte, la luz de la mañana entra por la ventana y te das la vuelta en la cama buscándolo con la mano.
Echo de menos el viento suave y frío que sopla justo antes del amancer, cuando la noche se acaba y el horizonte empieza a clarear mientras vuelves a casa.
Echo de menos el sonido retumbante y metálico que tenían las películas en aquellos antíguos cines que eran enormes como teatros.
Echo de menos la textura del asfalto de Madrid, gris claro con piedrecitas de color arena incrustadas.
Echo de menos el brillo de los ojitos de Greta, dos misteriosos puntos luminosos en la oscuridad del pasillo.
Algunas de esas cosas nunca las volveré experimentar.
Otras es sólo cuestión de tener paciencia y dejar que pase el tiempo.
Pera otras... Quizá algún día...
lunes, 26 de octubre de 2009
Algún día, en algún lugar...
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1 comentario:
Hay muchas que si que lo entiendo,pero el asfalto de Madrid NO se echa de menos.NUNCAAAA XD
joder xD
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