Las Crónicas Decapodianas: Otra Puta Navidad

Lo bueno de las navidades es que sabes cuándo están cerca y puedes irte preparando.

Ahora mismo Zoidberg es como uno de esos barcos veleros a punto de meterse en una tormenta. Está cerrando portalones, arriando velamen, asgurando la carga...

Porque siguiendo la tendencia de los últimos años estas navidades van a ser más putas que las anteriores. Ahora tiene la compañía de Kuato, claro.

Pero ayuda que la Seguridad Social local lleve meses tratándole como un pedazo de carne. Convocándole a las ocho y media de la mañana para despues tardar tres horas y media en atenderle. O teniendole cuarenta y cinco minutos tumbado en la camilla de cirugía ambulatoria para luego mandarle de vuelta casa sin haberle tocado.

En Decapodia nuestros nazis trataban mejor a nuestros judíos.

Claro que los humanos sois muy... peculiares. Teneis la costumbre de usar a la gente que llamais amigos y, cuando ya no os son de utilidad y están viejos y medio muertos, dejarlos tirados como una colilla. Luego hay gente a quien Zoidberg ve una vez al año y habla por Messenger no mucho más que a su vuelta de Madrid le han abierto una ventana preguntándole si le había pasado algo, preocupados porque habían notado la ausencia de su icono durante diez días. Y luego otra gente que presume de amistad y buen rollito lleva cinco meses siendo incapaz de abrirle una ventana para preguntarle si sigue vivo o si está vomitando los intestinos.

Y es que Zoidberg cuanto más os conoce menos os comprende.

Y, por si todo esto fuera poco, faltan dos días para el aniversario de la muerte de aquella que era casi como una hija para Zoidberg.

En resumen, otra puta navidad más.

Pero otro par de cosas buenas sí que tiene.

Que, con cinco meses de nueva vida recién cumplidos, en peores plazas ha toreado (es-un-decir) Zoidberg.

Y que, esta nochevieja sí, por cojones el año que viene va a tener que ser mejor que este.