Yo Acuso

Malditos peninsulares taimados y rastreros.

Como habeis tenido que aceptar el hecho de que NO podeis competir con el plátano canario, imbatible en calidad e insuperable en cantidad, habeis recurrido a vuestras habituales artimañas de rata traidora.

Y la única manera que habeis encontrado de que vuestros endebles e insulsos platanitos se vendan más que nuestros suculentos y apetitosos platanotes es convertirlos en un roscón de reyes con premio.

¡Guañó, dios de mis antepasados guanches, haz caer tu ira sobre los descendientes de invasores cual lluvia flamígera!

(o colocón chungo, que también me vale)