Tronados

Que hagan otra continuación de un clásico del cine ochentero siempre mola (y vuelve a demostrar que no volverá a haber mayor explosión creativa que la que hubo entre los años 1981 y 1984).

El cómo la hagan, ah, eso ya es otra historia...

Que vayan a estrenar Tron Legacy, en principio, mola.

Pero que de esto...

...hayamos pasado a esto otro...

...ya no mola tanto. Uno es un diseño de Syd Mead. El otro es un tío agarrado a dos barriles.

La paleta de colores de neon eléctrico marca de casa del original...

...parece haberse quedado en un permanente virado monocolor frío y tristón estilo Crepúsculo.

Alguno pensará que claro, el clásico está muy bien, pero hay que actualizarlo y adaptarlo a la tecnología y la audiencia de hoy en día.

Pero es que se puede hacer bien.

Y la prueba es que ya se ha hecho antes.

Los productores lo saben, porque de ahí es de donde han copiado el argumento.

El juego de PC mostraba un universo digital modernizado pero reconocible.

Y unos personajes rediseñados pero fieles al espíritu del original.

Eso por no hablar de una paleta de colores vivos.

Y unas motos de luz 2.0 más que aceptables.

(sobre cómo es posible que un ordenador casero del 2003 fuera capaz de representar en tiempo real algo diez veces más complejo que lo que los ordenadores punteros de 1980 tardaban horas en renderizar pasen y hablen con el señor Moore)

Pero no todo es diseño. Y lamentablemente me temo que en Tron Legacy no va a haber el millón de referencias informáticas que había en Tron 2.0.

Ni su protagonista se enfrentará a programas infectados por un virus.

Ni tendra que huir de un implacable muro de energía que avanza borrando todo lo que toca porque el disco duro en el que se encuentra está siendo formateado.

Un repaso a Tron 2.0, aquí.

El repaso a Tron Legacy, en cines el 15 de Diciembre (pero ya el hecho de que no la estrenen el 3 de Diciembre ya da mala espina...)