Y es fácil porque ya hace tiempo que tus lectores comulgan no ya con ruedas de molino, sino con ruedas de estación espacial de 2001.
¿Que los sindicatos no hacen huelgas? Pues mal, no las hacen porque son unos vendidos al gobierno de Zetapé.
¿Que los sindicatos hacen huelgas? Pues mal también, porque son unos radicales que están causando pérdidas económicas incalculables (bueno, no tanto, que ya sacará la CEOE alguna estimación hecha consultando entrañas de cabra).
En caso de huelga lo que hay que decir es que el seguimiento ha sido mínimo y casi ni se ha notado.
Claro que podría suceder que ante la vista de las estaciones cerradas y los brutales atascos callejeros ni siquiera los yayos seniles que te leen puedan tragarse semejante bola. Entonces hay que cambiar de estrategia y clamar que la huelga es salvaje y catastrófica.
Pero una huelga se puede usar de maneras más sibilinas todavía.
Como muy bien saben los diseñadores de portada de La Gaceta.
Que, para empezar, culpan directamente a De La Vega de organizar la hulega como si de la Doctora Maligna se tratara. Ya los veo matándose a pajas fachas mientras se la imaginan en su oscuro sótano de la Moncloa, semi iluminada por una luz cenital mientras fuma con filtro de nácar rodeada de sus esbirros sindicales planeando el asalto al Alcaz... a Madrid.
Por otro lado ningunean a los usuarios del metro madrileño reduciendo su sufrimiento a un mero efecto secundario de lo verdaderamente importante: ¡maltratan a Aguirre! ¡Qué escándalo! ¡Qué oprobio!
Pero en realidad es un movimiento muy bien calculado, ya que los yayos seniles consumidores de Intereconomía no usan el metro por miedo a la delincuencia (y porque tiene demasiadas escaleras) y la gente trabajadora de verdad (muchos de ellos inmigrantes) que depende del metro para desplazarse no se hallan entre su taryet.
jueves, 1 de julio de 2010
Es Fácil ser un Columnista Facha (21): Huelga Decirlo
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