Querido Peter:
Es extraño escibirte esta carta sabiendo que nunca vas a poder leerla. Si te la enviara desharía todo el trabajo de años. Tantos y tantos años de duro esfuerzo. Pero al fin y al cabo ¿no dicen que la venganza es un plato que se sirve frio?
Y nada era más importante que mi venganza.
Todavía puedo recordar ese momento como si hubiera pasado hace apenas cinco minutos. Si cierro los ojos puedo rememorar cada detalle grabado a fuego en mi memoria. Te encontrabas en una esquina de la Calle 36, de pie ante el cuerpo derrotado del Buitre. Ante la visión de mi heroe favorito me zafé impulsívamente de la mano de mi madre y corrí hacia tí presto a pedirte un autógrafo. Pero antes de que pudiera alcanzarte lanzaste una de tus telarañas hacia lo alto y saliste disparado murmuarno algo sobre un duende que había secuestrado a una tal "Gwen".
Nunca podrás imaginar la humillación, la explosión de corrosiva furia que invadió todo mi ser en aquel momento. Mi heroe favorito ¡me había dejado plantado! Mi madre me dijo que pasaría. Mis amigos de explicaron que amainaría.
Pero no pasó. Día a día, semana a semana el fuego en mi interior, lejos de extinguirse, arreciaba.
Hasta que decidí que la única cura a mi aflición era la venganza.
Pero ¿cómo vengarme? No es que a ninguno de tus archienemigos le haya ido bien, precisamente. En general el ansia de venganza contra un superhéroe sólo garantiza más dolor y una vida de incesantes derrotas.
Tenía que ser inteligente. Tenía que encontrar un ángulo que nadie hubiera intentado antes.
Y lo encontré, vaya si lo encontré.
Oh, me llevó décadas de duro trabajo, desde luego. Tuve que empezar desde lo más bajo, entintando. Luego ascendí a dibujante y más tarde a creador completo (y me bastó con parir un superbombero, ¿puedes creerlo?). Entonces tuve que sacar adelante a varios de sus más patéticos personajes, pero por suerte conocía a la gente adecuada para hacerlo.
Y así logre trepar hasta el puesto de Editor en Jefe de la Marvel, Peter.
¡Con qué orgásmico placer abri tu expediente, Peter! Toda tu historia, todos tus secretos expuestos a mi mirada. En ese momento tu via fue mía, sólo tenía que escoger cómo arruinarla.
El maldito Harras casi se me había adelantado. Él osó matar a tu maldita Tía May, te convirtió en un clon y luego, no contento con arrebatarte a tu hija, te hizo olvidarla completamente (con que agónico sufrimiento tuve que aparentar que era mi amigo mientras eso sucedía y yo no veía la hora de ocupar su lugar).
Afortunadamente tenía ante mí un amplio tapiz de hilos que mover. Primero traje de entre los muertos a tu tía, pues pocos seres te han causado tanto sufrimiento como ella. Pero no sin antes hacer de ella una golfa inmoral.
Después fuí a por tu recuerdo más querido. Ohhhh, si. No puedo empezar a describirte el infinito deleite con el que moví los hilos y transformé a tu adorada Gwen en una calientapollas estrecha dispuesta a tirarse a tu peor enemigo.
Si, lo reconozco, estaba repitiendo el mismo esquema. Pero comprende, Peter, que era tan bueno que hubiera sido una lástima malgastarlo en un sólo personaje. Perdóname por esa autoindulgencia y por la otra.
Reconozco que abusé del esquema "X anula los poderes de Spider-Man y le pega una paliza que le deja al borde de la muerte". Tienes que entenderlo, era un juguete nuevo para mí, Peter, y verte apalizado me hacía tan feliz...
Por eso cometí errores de principiante.
Como creer que convertirte en un monstruo todavía más evidente iba a afectarte.
Bien dicen que nadie nace aprendido, ¿verdad, Peter?
Pero también dicen que sabe más el diablo por viejo que por diablo...
heheHEHEHEHEHEHEHhhhh...
Años y años de cuidadosa planificación y sibilino movimiento culminaron en ese momento. La cumbre de mi carrera. El clímax de mi venganza.
...
Y pasaron los meses.
...
Y descubrí una cosa, Peter.
Algo terrible.
Nada aplaca la sed de venganza.
One More Day no me bastaba.
Necesitaba MÁS.
Necesitaba un...
...¡un OMIT!
Cuatro simples episodios de OMT se me habían hecho cortos.
Necesitaba cuatro más. Una vez clavado el puñal necesitaba poder retorcerlo.
Convertir a tu ya ex mujer en un monstruo de ojos saltones...
...capaz de visitarte para poder hablar y rememorar los viejos tiempos...
...(tiempos en los que mira la cantidad de cosas que pasaban por página ¿eh?)...
...y recordar cómo de repente le entró miedo de que alguno de tus muchos enemigos la atacara para hacerte daño...
...así que decidió dejarte tirado para que pudieras tirarte a alguna petarda estúpida que no sepa que eres Spider-Man.
El recurso de convertir en putillas a las mujeres de tu vida estaba muy visto, Peter. Sinceramente creo que convertir a Mary Jane en una zorra a la que le da igual que el Rino aplaste a la novia del hombre araña mientras no sea ella es una idea magistral.
Y no es porque se me haya ocurrido a mí.
Además no pienses que no he cuidado los pequeños detalles, como que te recuerde los buenos momentos...
...y hasta darte un morreo revival apasionado...
...por si acaso habías olvidado lo que te estas perdiendo.
Y es que me da tanto, pero tanto placer...
...ver como te retuerces sufriendo, Peter, que no descarto repetir la jugada en un futuro no muy lejano.
¿Y sabes lo mejor de todo, Peter?
Tus seguidores, tu público, tus fans... No se cansan de comprarme estas historias.
lunes, 25 de octubre de 2010
Querido Peter
¡¡¡SOY EL HOMBRE QUE ESTÁ ARRUINANDO TU VIDA Y ME ESTOY HACIENDO RICO CON ELLO!!!
BWAHAHAHAHAHAHAH...
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4 comentarios:
Ya decía yo que alguna explicación debía haber
Me has abierto los ojos... Estuvo ahí todo el tiempo... :D
Todo perfecto.
Pero no entiendo que pinta esa página sobre Electro ahí.
Pues que con esto de la crisis en lugar de llamar a Buscema para que dibuje estilo antíguo la página del flashback metemos la página original recoloreada y santas pascuas. Aunque eso deje en evidencia lo aguados narrativamente que están los tebeos modernos.
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