martes, 18 de enero de 2011

Clisis

Inoshiro salió de detrás del mostrador buscando la salida como un buceador apulmón libre alcanza la superficie con los pulmones a punto de estallar.

Alcanzó tambaleante la puerta y su temblorosa mano apenas alcanzó a girar la manilla. Con un renqueante quejido la envejecida puerta se abrió dejando entrar una polvorienta bocanada de aire proviniente de la carretera. El ardiente sol del mediodía castigaba implacablemente el asfalto que se extendía en recta línea hasta el desértico horizonte. La Prefectura de Hokkaido, antiguamente un frondoso bosque visitado por familias de domingueros, en la actualidad se parecía más a un postapocalíptico infierno.

Ni un sólo coche en lontananza.

Los llenos surtidores de gasolina se erguían firmes y orgullosos pero futiles cuales aristócratas venidos a menos. Su generosa oferta de combustible tornándose en estéril gesto a causa de la falta de clientela.

-Maldita crisis- gritó Inoshiro en voz alta.

-Maldita sea esta crisis- clamó, su voz perdiéndose en ecos olvidados en el desolado paraje- Primero nos subieron los impuestos. Después el precio del crudo se disparó. ¡Y ahora con la crisis la gente ya no sale a pasear por el campo en coche!

La ira bullia creciente en su garganta como la lava del mismísimo monte Fuji a punto de entrar en erupción. Una rabia incandescente e incontenible que finalmenté hizo brotar de sus labios La Frase Que Nunca Se Debe Pronunciar.

-¡Bendito Buda! ¡YA NADA ME PUEDE IR PEOR!

4 comentarios:

Mistheart dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mistheart dijo...

¿Calor? ¿En Hokkaido? ¿La Galicia de Japón?
- vuelve a mirar la foto -
... vale, no he dicho nada

Isabel dijo...

¡De dónde sacas estas imágenes!?
Me encanta

E. Martin dijo...

De los enlaces que nuestra distinguida clientela tiene a su disposición en la columna de la derecha.