Noche de Reyes

Alberto entró en la cocina con un guiño cómplice en la cara.

Covadonga no necesitó más para saber qué contenia el sobre que su esposo llevaba en la mano: la carta a los Reyes Magos del pequeño Luisito. Apagó el fuego en el que se cocía el guiso del día y se sentó a la mesa secándose las manos con el paño mientras Alberto abría el sobre y extraía el doblado papel. Aclarándose la garganta se aprestó a leer la lista de ilusionadas peticiones que el pequeñuelo había confeccionado breves minutos antes.

-"Queridos Reyes Magos, aunque eeste año he sido un niño muy bueno padre y madre me han dicho que hay una cosa muy mala llamada "crisis" así que sólo os voy a pedir un regalo"

Covadonga no pudo evitar una enternecida sonrisa.

-Nuestro pequeño es tan inteligente...-afirmó Alberto mientras cogía su mano antes de continuar leyendo- "Quiero que me traigais la Bratz brasileña. La que viste minifalda, top de lentejuelas y sombra de ojos en tono malva. Si estuviera agotada, que Yasmín me ha dicho que es lo más probable, también me conformaría con la Bratz gótica (no os la describo porque no tiene pérdida)"

Un mausoleo vacío haría resultado atronadoramente ensordecedor en comparación con el manto de silencio que cayó sobre aquella cocina.

-Ha pedido una muñeca...-balbuceó incrédulamente Covadonga.

-N-no puede ser...

-Eso quier decir que es... que es un... ¡Que es como mi tío Bruno!

-Me niego a aceptarlo.

-Es como dijo el obispo en la homilía del domingo. ¡Un plan de la UNESCO para convertir a nuestros hijos en... en...!

-¡NO! ¡De ninguna de las maneras! ¡No lo voy a permitir!

-Pero... ¿qué podemos hacer nosotros, Alberto?

-Regalarle un juguete DE HOMBRE. Ninguna mafia rosa va a convertir a MI hijo en un invertido. No mientras yo viva. Le vamos a regalar un jugete DE HOMBRE que haga cosas DE HOMBRES para que aprenda a ser UN HOMBRE.

Aquella mañana de Reyes Luisito abrió ilusionado el enorme paquete que Sus Majestades habían dejado para el ante la chimenea. Y ese día aprendió...

...a revolcarse semidesnudo frotándose contra musculosos cuerpos masculinos.