Érase una vez una franquicia que se dirigia a su fin con la velocidad de un tren sin frenos en una vía que acaba en un barranco. Esculturas de calidad mínima y repintados de minis eran algunas de las muchas señales que anunciaban su inminente apocalipsis.
Y, justo cuando todo parecía perdido, sus dirigentes recobraron la cordura. Aregaron a sus tropas y con un esfuerzo titánico lograron corregir su rumbo, evitar el desastre y sacar una ampliación cuya calidad no solo igualaba a las mejores figuras que habían editado en el pasado sino que las superaba ampliamente.
O eso pareció durante cinco minutos hasta que salieron a la luz las fotos no retocadas de cómo eran las figuras realmente.
Bonus track: ¿Alguien ha visto alguna vez juntos al mismo tiempo...
...a Émpata, Bala de Cañón y Cifra?
domingo, 20 de febrero de 2011
La Caida de la Casa Clix (VII)
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