jueves, 10 de marzo de 2011

Car Naval: Cuatreros (2)

Bienvenidos a Las Mañanas de Cuatro. Hoy continuamos el seguimiento de los Carnavales de Santa Cruz de Tenerife que inicamos ayer. Y si la primera parte pudo dejarles perplejos ante las insospechadas revelaciones que contenía podemos asegurarles que el reportaje de cámara oculta que vamos a emitir a continuación es todavía más revelador. Nada de esto podríamos haber logrado si no hubiera sido por el repugnante judas que aceptó infiltrarse entre los suyos para grabarlos con nuestra cámara. ¿Qué se siente al ser un miserable traidor de tu propia gente, E. Martín?

Vo-vosotros me dijisteis que todo era por una buena causa. ¡Que el público tenía derecho a saber lo que estaba pasando realmente allí!

¿Y nos creiste? Eres más tonto que la mujer de Santiago del Valle, chaval. Aquí tienen el documento que ha grabado el pringado este por dos duros.

Anochece en Santa Cruz de Tenerife y extrañas luces se apoderan de la calle.

Nuestro reportero infiltrado se acerca a la Plaza Weyler, punto de encuentro de los nativos entre las once de la noche y la una de la madrugada. De momento nadie sospecha de nuestro cámara.

Los santacruceros se entregan a libaciones alcohólicas a ritmo desenfrenado a fin de alcanzar un estado de obnubilación alcohólica lo más rápido posible. Conforme el estado de intoxicación se va elevando comienzan a entregarse a arcanos ritos heredados de sus antepasados guanches.

Como el Bec Guañoc.

Nadie sabe a ciencia cierta en qué consistía el ritual que los nativos practicaban en sus cuevas antes de la llegada de los conquistadores castellanos. La versión que se practica en la actualidad...

...consiste en ponerse a esperar el tranvía en una estación clausurada.

Algunos antropólogos sospechan que el Bec Guañoc podría estar relacionado con las luchas rituales que se producen en la estación de La Paz, lo que indicaría que en su origen era un rito de la fertilidad.

Alrededor de las dos de la madrugada grandes masas de nativos en estado de intoxicación etílica se han desplazado hacia las zonas inferiores de la ciudad inundando los aledaños de la Plaza de España y la Plaza del Príncipe.

A pesar de la crisis muchos ciudadanos no han escatimado gastos...

...para que su disfraz sea lo más realista posible.

Nuestro infiltrado se mueve libremente entre los nativos. Tanto que es capaz de pasearse por la esquina del Edificio Olimpo. Ese lugar que, como descubrió nuestro reportaje del año pasado, los turistas no pueden pisar sin arriesgarse a perder la vida.

Investigadores del Museo de Historia Canaria sostienen que L. Frank Bawn visitó Tenerife antes de escribir el clásico El Mago de Oz. Apoyan su teoría en el hecho de que los protagonistas del libro siguen el camino de baldosas amarillas.

Mientras que los nativos que durante toda la noche celebran el Awaya se mueven por los alrededores de la zona centro dejando un reguero de...

...de... bueno, de algo que también es amarillo.

Con lo que hemos visto hasta ahora un podría hacerse la idea de que los carnavales santacruceros son una salvaje fiesta pagana vedada a foráneos que vean con desagrado la perspectiva de ser pisoteados por por una multitud enfebrecida o sacrificados a un ignoto dios primigeniop surgido del fondo del Oceano Atlántico.

Pero nada más lejos de la realidad.

Tomando las precauciones adecuadas cualquier visitante puede disfrutar plenamente de la celebración carnavalera sin correr riesgo alguno. Por ejemplo haciendolo refugiado tras los seguros muros de Círculo de Amistrad XII de Enero. E incluso si quiere experimentar la emoción y la adrenalina de pisar la calle...

...dispone de una pequeña parcela vallada donde poder hacerlo.

Pero los amantes del turismo de riesgo que quieran ir más alla también pueden hacerlo. Eso si...

...deben trener cuidado de no cruzar la línea de seguridad pues la Consejería de Turismo no se responsabiliza de garantizar su integridad física y/o psíquica allende sus límites.

Así son en realidad los Carnavales de Santa Cruz de Tenerife. Sin nunguna duda únicos en el mundo.

Son los únicos que tienen una adaptación oficial dirigida por Tim Burton.

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