Iron Transformers

¿Qué podemos decir de la fructífera etapa de Therrock en Invencible Hombre de Hierro que no sean incesantes alabanzas?

Son tantos y tan impactantes los aciertos del trazo de nuestro compatriota que sólo nos vamos a fijar en un detalle por no abrumar al pobre lector.

En el reciente episodio 33 ciertos personajes se suben a un helicóptero militar.

Un UH-60 Blackhawk dibujado con tal grado de detalle y exactitud que casi diríase que se ha limitado a calcar una imagen de referencia.

Pero sabemos que no es así, por supuesto. El mundo en el que transcurren las aventuras del Hombre de Hierro es un universo de sofisticada tecnología militar. Hasta tal extremo que un simple y convencional helicóptero de transporte tiene un lujoso aspecto futurista.

¿Pero es en verdad tan simple y convencional?

¡NO! Pues podemos comprobar que, meros minutos antes de aterrizar...

...su aspecto ha cambiado completamente para convertirse en en UH-1 Huey.

Lectores poco informados podrían llegar a creer que Therrock ha tirado de la primera foto que ha encontrado pero nosotros sabemos que no hace nada al azar.

En la Tierra Marvel la tecnología está ligeramente más avanzada que en la nuestra. Junto a los convencionales policías que disparan inutilmente con sus revólveres del calibre .38 contra Hulk cada vez que se da una vuelta con Nueva York coexisten las ultramodernas tropas de ESCUDO con sus mochilas cohete y sus sofisticados rifles de combate.

De la misma manera los helicópteros del ejército norteamericano son capaces de transformarse en pleno vuelo adaptando su configuración a las necesidades tácticas del momento.

Y no es el único.

La preciada carga del UH-60-1-60 es transferida a un clásico C-130 Hercules de transporte.

Una aeronave que, apenas ha levantado el vuelo, se transforma milagrosamente en un AC-130 Spooky erizado de cañones y ametralladoras pesadas laterales y que además ha desplegado dos tanques de combustible bajo las alas para aumentar su radio de acción.

Pero justo antes de aterrizar...

...el armamento y munición se repliegan a su ínfimo estado de almacenamiento para dejar espacio en su bodega a su importantísima carga:

¡EduADLO Noriega!