Pulp Faction (7): Cosas Peores pasan en el Mar, ¿Sabes? (2)

Un tenso silencio cayó sobre el bote salvavidas cual mortecino sudario. Con el suave rugido del oleaje como fondo Jennifer miró uno tras otro a los tres hombres que, en muda respuesta, la observaban fijamente.

Harold, el contramaestre, fué el primero en romper el silencio demostrando que su alma era tan negra como la sucia y avejentada camisa que siempre llevaba puesta.

-Afortunadamente tenemos provisiones para dos semanas -dijo, sus ojos brillando con repulsivo deseo- Y antes de que haya pasado una nos habrá avistado algún carguero que siga esta ruta. Así que... henh... habrá que pensar en alguna manera de... henh... pasar el tiempo. ¿No crees, Charlie?

La blanca y harapienta camisa del timonel Charlie se adheria a su grasienta piel húmeda de algo que no se sabía si era agua marina o pegajoso sudor resaltando su nerviosa y acelerada respiración.

-Pues a mi ya se me ha ocurrido una, Harold -respondió clavando una lasciva mirada en el cuerpo de Jennifer cuyas turgentes curvas resaltaban más todavía por el ceñido vestido de noche con el que había abandonado el barco- Una muyyyy divertida con la que podemos entretenernos horas y horas. ¿Te apuntas, Larry?

El oficial de la sala del calderas Larry asintió en frío silencio. Las olas al romper contra el bote salpicaban su desnudo y depilado torso transformándose en gotas que descendían recorriendo la geografía de su cincelada musculatura.

Centrando su mirada en el objeto de su deseo respondió...

-Adelante, chicos. Desnudaros y divertíos y mientras tanto yo...

...yo ya encontraré la manera de entretenerme...