martes, 12 de julio de 2011

Discriminación

Hay que combatir esta ola de intolerancia religiosa que nos invade con las armas de la tolerancia.

Es hasta cierto punto comprensible una cierta intranquilidad al vernos repentinamente rodeados de personas con creencias religiosas y principios morales completamenet diferentes a los nuestros. Pero debemos derribar los muros que levanta la imcomprensión y admitir y respetar su cultura por extraña que nos parezca en el mismo grado que esperamos que la nuestra sea admitida y respetada.

Sin ir más lejos cada vez veo por la calle más a menudo a esas mujeres que van tapadas de lña cabeza a los pies por principio religioso. Que si les preguntas te dicen que lo hacen voluntariamente, que nadie les ha obligado.

Y reconozco que no me gusta verlo, porque es algo que su religión sólo impone a las mujeres, pero lo respeto. ¿Cómo era que se llamaba ese conjunto de ropa?

Ah, si, "hábito de monja"

1 comentario:

Necio Hutopo dijo...

La culpa es de Cristo, que las viste como monjas...

Y digo yo que ya es demasiada coincidencia que el verificador de palabras me pida escribir "laica"