Iñaki siempre fué un hombre lobo, diferente.
Noooo, esto no es el típico chiste de "cuando los hombres lobos de Bilbao se quieren transformar le agarran la luna y la giran para que se ponga llena".
Me refiero a que Iñaki tenía unos gustos... peculiares.
(sigh) Nooooo, esto tampoco es un chiste sobre hombres lobo siendo criaturas nocturnas... como Batman, que también es eso... Quiero decir, una criatura nocturna (ji ji ji).
Me refiero a que el repentino mordisco de aquella lejana noche cambió para siempre la vida de aquel ilustre donostiarra. Pero no completamente.
Ciertos aspectos de su personalidad se mostraron irreductibles ante la lupinidad que le invadía cada luna lleba. Cierto, Iñaki se convertía en una salvaje bestia entregada a sus más animales instintos cuyas formas muy remotamente sugerian la humanidad que recuperaría al despuntar el alba. Rondaba los bosques cual descrontrolada alimaña a la caza de carne humana abalanzándose sobre sus víctimas con la furia de un monstruo rabioso.
Pero, a la hora de devorar su impío festín Iñaki, donostiarra hasta la mismísima médula...
...no renunciaba a hacerlo en forma de delicioso pinchito.
1 comentario:
Algo malo está haciendo la cosa de los comentarios, que juro que ya había yo comentado algo sobre esto...
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