lunes, 11 de noviembre de 2013

Antenízate

Las antenas.

Metálicos árboles que formaron un artificial bosque que en los años 60 se propagó cual incendio a lo largo y ancho de los tejados que conformaban el paisaje urbano patrio.


Cuando el cableado de antena colectiva hizo decrecer su número mutaron a infección fúngica y, televisión por satélite mediante, volveron a infectar los tejados cual imparable plaga.


Nuevamente la únificación de cableados (y de canales satélite) pareció detener su expansión e incluso menguar su número.

Pero las antenas no estaban vencidas.


Cuando las antenas se convirtieron en parte de la mecánica del juego sandbox Just Cause 2 algunos no le dieron importancia.


Cuando las antenas se convirtieron en parte de la mecánica del juego sandbox Far Cry 3 algunos hicimos saltar las alarmas e intentamos avisar a una masa de ciudadanos aborregados de lo que se avecinaba.

No nos hicieron caso.


Así que a muchos les sorprendió cuando las antenas se convirtieron en parte de la mecánica del juego sandbox TNyTD Tomb Raider. Ante las rotundas e incontestables evidencias unos cuantos no pudieron negar por más tiempo el problema. Que las antenas llevan décadas conspirando para dominar a la humanidad y que, fracasado su plan en el mundo real, han decidido iniciar la conquista del virtual.

Pero mucha gente, demasiada, sigue sin creer nuestra denuncia. Nos llaman conspiranicos. ¡Nos llaman pedrojóticos!

Y estoy triste. Pero no por mí sino por ellos.

Porque cuando no les quede otro remedio que admitir la innegable realidad, cuando se topen de bruces contra la prueba definitiva de que éramos nosotros quienes siempre tuvimos razón, cuando se arrepientan de no haber escuchado nuestras advertencias sobre la diabólica maldad de la antenas y su insidioso plan de dominación mundial...


...ya será demasiado tarde...

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