Las señales estaban claras.
El unánime tsunámi de críticas negativas sobre Marvels Iron Fist, la nueva serie televisiva del Universo Cinético Marvel, sólo podía significar una cosa. Que es una obra maestra de lo GENIAL! Y su visionado no ha hecho sino confirmarlo.
Oh, el listón estaba muy alto. A Jessica Jones sólo se le podría reprochar que en el penúltimo episodio no se queda en bragas ni una sola vez. A Luke Cage que en el quinto dejaban de hablar de jugadores de baloncesto negros durante tres minutos para meterse en una pelea que no interesaba a nadie. Aparte de esos minúsculos defectos ambas están a la altura de Agentes de ESCUDO y su Motorista Fantasma (Sólo los Jueves de 9 a 10).
Pero Maravilloso Puñetazo de Hierro no sólo las supera con creces. Plantea un nuevo paradigma llamado a revolucionar el género superheroico marvelita en televisión, cine y no descartemos que hasta en las páginas de los cómics en las que nació. Su primer episodio da un contundente puñetazo (¿lo pillais? ¡PUÑETAZO! ¡JAJAJAJA) sobre la mesa como declaración de intenciones cuyos reberverantes ecos gritan "¡ESTE NO ES EL PUÑETAZO DE HIERRO DE TUS PADRES!"
Y es que demasiado a menudo hemos sufrido un realismo mal entendido manifestado como una rebaja de los poderes y características de los personajes de cómic hasta unos niveles prácticamente mundanos buscando con ello una pretendida verosimilitud. A esto Maravilloso Puñetazo de Hierro dice NORL y lo hace en base a no alterar la esencia original del protagonista sino plasmar verídicamente las consecuencias e implicaciones de su idiosincrasia.
Nunca habeis visto un protagonista como el Danny Rand de MPdH.
Porque sus creadores y correshows se han esmerado en retratar a la perfección el comportamiento que tendría alguien que tras haber sido criado en una ciudad mágica de otra dimensión regresara de repente al mundo mortal.
No conociendo los conceptos occidentales de etiqueta y de escala social se presentaría vestido con harapos a lo Ecce Homo en la sede central de una de las mayores corporaciones del planeta preguntando por su dueño como si tal cosa y esperando que le recibiera.
Habiendo vivido en una sociedad libre de engaños y mentiras se presentaría con toda naturalidad ante La Chica™, arrancando el anuncio que acababa de grapar en un tablón para a continuación entrarle a saco. Y siendo Kun Lun una sociedad guerrera en la que la única medida del rango la da tu habilidad marcial es perfectamente normal y aceptable que se presente por sorpresa en su dojo justo a la hora de cerrar...
...y se ponga a mansplainearle cómo debería llevarlo y qué debería enseñar.
¿Ya he dicho que en Kun Lun no existen las indirectas por lo que sus habitantes no las pillan?
Bueno, la verdad es que las directas tampoco...
Claro, a algunos espectadores incultos les podría parecer que Danny es un miserable chuloputas engreido basándose en sutiles y casi imperceptibles detalles del personaje.
Pero en realidad se trata de una de las mejores descripciones del clásico choque cultural que se han visto en la historia del cine y la televisión. Danny es ciertamente un Forastero en Tierra Extraña, una tierra que paradójicamente es la que le vió nacer.
Pero claro, MPdH es ante todo una serie de superheroes, y en ese sentido no nos podemos sentir defraudados. Ya en este primer episodio somos testigos de sus extraordinarias habilidades de lucha.
Pero un guerrero no es sólo su fuerza o su habilidad. Como ya reflejó hace siglos Musashi en su legendario Libro de los Cinco Anillos (amñen de unos cuántos módulos de aventuras y un par de sourcebooks) la lucha no es sólo patrimonio del cuerpo sino de la mente. Baste observar la cuasi nínjica habilidad con que Puñetazo de Hierro se escabulle de sus perseguidores.
Primero recurre a una táctica jamás vista en tierras occidentales: colarse en una ruidosa festividad local para camuflarse entre el gentío.
Sin embargo sus oponentes no se dejan engañar con tanta facilidad. Son entrenados profesionales y su pelo, harapos y carencia de zapatos son delatores.
Pero los malos malosos no contaban con su astucia. Danny recurre a una ancestral técnica kunluniana de camuflaje:
Una careta de dos dolares de un puesto de caretas chinas.
Cuán a menudo la Sabiduría Oriental tiene que venir a enmendarnos la plana a los occidentales y a nuestros complejos y tecnológicos métodos revelándolos como artificiosos e ineficaces. Lo más sencillo es lo que mejor funciona y un mero trozo de plástico pintarrajeado...
...le permite pasar rozando a su perseguidor sin que este se percate de su identidad.
Porque ni el msimísimo Heimdall podría reconocerle. He aquí una comparativa:
Sí, ya se que os resulta inconcebible por lo diferentes que son pero las dos figuras son el mismo Danny Rand, con y sin careta.
Y esto ha sído sólo el primer episodio, un mero aperitivo de los maravillosos poderes y emocionantes aventuras que nos depara...
...¡MARAVILLOSO PUÑETAZO DE HIERRO!
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