lunes, 26 de noviembre de 2007

Querida Cristina

Querida amiga Cristina.

Lamentablemente no puedo decir que tu última hazaña me haya sorprendido, porque es perfectamente coherente con tu línea editorial.




Pero verás, Cristina, yo también soy partícipe de esos profundos valores cristianos que tánto defiendes y que patrocinan tus jefes. Tanto es así que ahora mismo voy a ejercer el de la caridad.

Lamento tener que decirte, Cristina, que el problema de que no te comas una rosca (en el sentiduo figurado, claro) no tiene su origen en que todos los hombres que valgan la pena estén casados o sean gays. Créeme.

Así que es inutil que intentes curar a los gays a ver si así cae alguno. Igual de inutil que si dedicaras una sección a promover el divorcio a ver si con tanto pez repentinamente suelto por el mar podías pescar uno. ¿Me has entendido?

Inutil. ¿OK?

Tu problema no es que no haya varones heterosexuales deseosos de copular sueltos por ahí.

Los hay.

Tu problema es que no desean hacerlo contigo. Porque padeces sobrepeso y en ésta sociedad moderna tan preocupada por la imagen los gordos lo tenemos muy pero que muy crudo. Es lamentable pero es así.

Así que no necesitas dos sexólogas en tu programa lanzadas a la cruzada de curar la homosexualidad. Necesitas dos dietistas que te diseñen un buen régimen.

Es más, si quieres te mando el que estoy haciendo yo (96.6 Kg y bajando, gracias por preguntar).

Así que regocíjate, Cristina, porque hay esperanza para tí y...

No, no puedo seguir con ésto.

Es la hora de ejercer otro valor, quizás cristiano pero desde luego nada católico.

La honestidad.

Moralmente eres muy pero que muy desagradable, Cristina.

Eres una mala persona.

Mucho me temo que aunque lograras trasplantar tu cerebro al cuerpo de Rosario Dawson una gran cantidad de hombres heterosexuales (entre los que, lamento tener que decir, me encuentro) elegirían la homosexualidad voluntaria y gozosamente antes que tener contacto carnal contigo.

Pregúntale a Ann Coutler si le ha servido de algo operarse las tetas.

8 comentarios:

J Calduch dijo...

La sinceridad debería ser pecado.

El Hombre Gris dijo...

Y estamos en el siglo XXI.

:(

Anónimo dijo...

la epidemia de malas personas es de tal magnitud que da mucho ascopenarabia

Mistheart dijo...

yo iva a decir algo, algo profundo y con sentido.

pero creo que yasta to dicho.

Necio Hutopo dijo...

Creo yo que es mucho más influyente el hecho de que tenga mierda en cerebro que el que sea gorda... Finalmente, incluso las gorditas follan de vez en cuando

Roski dijo...

Lamento informarle que según la wikipedia (oh, ¡fuente de saber!)"está casada y es madre de tres hijos".

Si es que degenerados hay en todos sitios...

E. Martin dijo...

¿SOLO tres hijos?

Hmmmm...

Bac Hylon dijo...

A mí me interesa esa dieta, a mí :-)

A la tipa ésta que le den. Que escriba un libro sobre cómo sobrevivir al bullying en la escuela, que seguro que sus hijos se lo agradecen.