miércoles, 20 de febrero de 2008

La otra Isla

Aviso: En uno de los primeros puntos del Libro de Estilo de LoS figura la ninguna gracia que hace a la dirección de este blog cierta broma clásica referente a la mujer en la cual se basan el 50% de los chistes de algunas revistas para caballeros. No obstante, el notorio mal gusto de la citada broma (cuya naturaleza quedará clara más adelante) hace más remarcable todavía la siguiente página, lo que ha empujado a la dirección a hacer una excepción para el post de hoy.

Los cuatro miembros de la guardia pretoriana de la Reina Hipólita cometieron una traición impensable la noche en que nació Gonder Coman y desde entonces han estado prisioneras en la cárcel de la Isla Paraiso.

(y es que las amazonas si que saben meter en la cárcel a la gente; con la de veces que han arrasado la Isla Paraiso, que si Darkseid, que si los OMAC, que si la Abuelita Bondad, y estas sin poder escaparse, no como aquí que los dejan en la calle a los dos días)

(y por cierto, en la carcel de Isla Paraiso ¿las prisioneras se entregan a la heterosexualidad?)


El caso es que las cuatro traidoras ya eran parias entre las suyas antes de convertirse en guardaespaldas de la reina.

Porque todas sabian que a Philomena...

...que era la Guardiana de la Caza, le iba demasiado dar matarile (en la pelu se rumorea que ella mató a la madre de Bambi).

Y era un secreto a voces que Charis, la cuidadora del Zoo Real...

...prefería la compañia de los animales a la de la gente, si me entiendes lo que te quiero decir. ¡Pero cuidado! Animales hembra, ¿eh? Nada de perversiones.

Lo de Alkyone tenía tela marinera:

Si hija si, has leido bien. ¡Guardiana de la armería!

Pero nada supera lo de Myrto. Ella... ¿como decirlo? En fin... su... su...

Su olor a pescado era tan fuerte que repelía hasta a las amazonas, acostumbradas a vivir en una isla sólo habitada por mujeres.

Qué fuerte qué fuerte qué fuerrrrte.

2 comentarios:

Necio Hutopo dijo...

Y bueno...
Qué se puede decir en este caso...

Anónimo dijo...

sólo se puede esperar que un tsunami nos haga desaparecer misericordiosamente, y que todo rastro de nuestra cultura quede olvidado para beneficio de generaciones inocentes