Los años ochenta trajeron el desembarco al panorama comiquero adulto patrio de los fumetti (comics italianos). Si bien ya en los setenta nuestra piel de toro había visto editadas colecciones como Hessa o Zora la Vampira, fue en la década siguiente, y de la mano de Ediciones Zinco, cuando nos llegó el grueso de la producción erótica del país de la pizza.
Y en contra de lo que pudiera pensarse, tales ediciones conctinuaron hasta bien entrada la década de los noventa, pero ahora de la mano de la editora Tiburón.
Los fumetti se caracterizaban por una fuerte carga erótica que en años posteriores devino en sexo explícito, enmarcado en los más variados géneros (policíaco, terror, ciencia ficción) y salpicado con gore salvaje.
Y si bien haber contribuido a la difusión del cómic erótico en España sería mérito más que suficiente, el mayor hallazgo de Tiburón no se encuentra en el campo de la edición, sino en el el del marketing.
Concretamente en la revolucionaria idea de publicitar el contenido de su primer cómic gay con la imagen de un chulazo insinuante y la promesa de "gays", "supermachos"...
...y "chicas ansiosas".
Eso es conocer el público target y lo demás son tonterías.
domingo, 8 de febrero de 2009
Que Viene el Tiburón
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario