viernes, 21 de mayo de 2010

La Secta

Hay una secta rondando por ahí.

Llevan mucho tiempo campando a sus anchas. Ya en las Mil y Una Noches eran descritos como "una gente que sólo se baña una vez en la vida y hacen de ello el símbolo de su religión".

Son un grupo de sádicos mórbidos y enfermizos en cuyos templos practican el canibalismo una vez por semana, devorando la carne de su dios presididos por la figura realista de un hombre siendo torturado hasta morir con el método de ejecución más cruel que ha inventado la humanidad.

Y bueno, uno creción con la democracia así que aprendió desde pequeño a respetar las idas de olla de los demás. Y si su dios les ordena abstinencia sexual salvo con fines procreativos, o les prohibe beber alcohol o dibujarlo, o fumigar la casa no sea que mates al alma reencarnada del bisabuelo, pues allá ellos. Yo me pasaría al Ratoncito Perez, que como ser imaginario a adorar tiene una relación calidad - precio mucho mejor, pero para gustos hay colores.

Mi problema empieza cuando esos meapilas se aburren de autoamargarse la vida y empiezan a intentar joder la mía.



Amaya Azcona, nombre aliterativo en la mejor tradición de personaje de tebeo de superhérores.

A2 tiene el (ciertamente discutible) derecho consitucional de educar a su abundante prole según las supersticiones que crea conventientes para que de mayores sean adolescentes casadas de penalty de provecho, como la hija de Sarah Palin.

Pero, ah, A2, en el momento en que pretendes arruniarle la educación sexual a MI descendencia, ahí empezamos a tener un problema.



Básicamente por una cuestión de "deja a los míos en paz". Pero hay más, claro.

Cuando tu único argumento "lógico" es un libro que pretendes hacer pasar por verdad incuestionable por "lógica" circular (la biblia es verdad porque la escribió dios => dios es infalible e omnipotente => dios lo es porque lo pone en la biblia =>...) tienes que echar mano de argumentos falsos, como esas "últimas estadísticas francesas" de misterioso origen o esas citas incompletas y retocada de la OMS.

Pero mejor es la pretensión de A2 de educar sobre el aborto a su manera. Todo el que tenga cierta edad y haya pasado por clase de religión en el insitituto puede recordar que el concepto de "datos científicos sobre el aborto" de esta escoria son fotos de abortos naturales de fetos de seis meses y la afirmación de que toda mujer que aborta pasa el resto de su vida teniendo pesadillas.

Pero eso no es el absoluto hailig del asunto.

El summun, el clímax, el gran puntazo de todo ello es que por muy fanáticos que sean son completamente incapaces de ser coherentes con las supersticiones que profesan y que pretenden imponernos a los demás.

Sus medios de comunicación están dirigidos por notorios travestidos sodomitas y conocidas lesbianas. Sus subsectas por polígamos bisexuales pederastas. Bendicen a los asesinos y los torturadores. Y en fin, todo ello sin entrar en la esquizofrenia facha de que en Madrid presidan misas por la memoria de Franco mientras que en el País Vasco se nieguen a celebrar funerales de policías. O de cómo aplauden unas caricaturas de Mahoma mientras demanda a quien pretenda parodiar a Cristo.

Todo lo cual no es óbice para que sigan creyéndose únicos guardianes de la moral y la ética.

Eres mi enemiga, A2, porque pretendes destruir aquello que hace que mi vida valga la pena ser vivida.

Mi libertad.

Y sin embargo no te odio.

Y no lo hago porque me das pena. No pareces ser parte de la élite que se pasa las normas por el forro de los cojones ("las normas están para la clase de tropa", que decía Escrivá de Balaguer) sino de esa triste mayoría de borregos que en realidad se cree lo que predica.

Así que te espera una deprimente y gris vida de negación y sufrimiento, dando a luz un hijo tras otro hasta que la máquina (o el deseo conyugal) no de más de sí. Luego algo más de negación y sufrimiento y juesto en el momento en que la vida se acabe y esperes tu recompensa... nada.

Y es que el único problema del ateismo es saber que, cuando hayas muerto, no podrás estar ahí justo en el tunel esperando a que vayan apareciendo todos los meapilas, el budista que no comía carne para no acumular mal karma, la católica que jamás se atrevió a mirarse desnuda en el espejo o el protestante que nunca pudo salir del armario mientras me río de ellos porque no hay vida después de la muerte y han malgastado la única vida que tenían.

Por eso me aseguré que el pacto que firmé con Cthulhu incluyera la cláusula de inmortalidad.

1 comentario:

Mistheart dijo...

Impresionante rapapolvo y muy de acuerdo contigo.
Ten cuidado con los trolls de los comentarios, por si acaso.