Sin Contrato

Ojo, que yo no soy racista, pero es que es verdad que con tanto inmigrante ya no cabemos, joder.

Y encima no sólo le roban el puesto de trabajo a la gente de aquí, ¡es que no se integran!

En lugar de adaptarse a nuestras costumbres van y se empeñan en mantener las suyas. No sólo siguen comiendo las mismas cosas que en su tierra sino que hasta abren restaurantes donde las sirven.

La comida familiar del pasado domingo me la amargaron los inmigrantes. Entramos en uno de esos restaurantes suyos, porque como yo no soy racista no me imporya probar alguna de esas cosas que comen ellos. ¡Pero los carteles del menú sólo estaban en su idioma! Y la camarera que nos atendio hablaba tan poco español que tuvo que llamar a otra para que la ayudara. Y no es porque acabara de cruzar la frontera, que esta gente y ese restaurante llevan unos cuantos años ahí.

Es que no se quieren integrar. ¿Hasta cuándo vamos a seguir consintiéndolo? ¡Mano dura es lo que hace falta! Mano dura y ese contrato para inmigrantes que nos prometió Rajoy (pero claro, como esos progres amantes de lo extranjero siguen votando al PSOE...).

Y sin embargo, por algún extraño motivo, a nadie más de mi familia pareció molestarle lo del menú ni lo del personal.

O son progres de incógnito y no lo sabía...

...o los tópicos xenófobos no cuentan cuando se trata de alemanes...