Cha-cha-changes

GEOFF! lo ha vuelto a hacer.

Su Blackest Night rivaliza con el Siegue de BENDIS! en cuanto a Genialidad! y trascendentalidad editorial. Nada volverá a ser lo mismo en este Greenlanterverso que, definitivamente, ya no es el Greenlanterverso de tus padres.

De ente los muchos momentos cumbre de la saga, cada uno de ellos un épico clímax por derecho propio, hemos elegido fijarnos en esta página del octavo episodio.

Barra libre, resurrecciones para todos, que invita GEOFF!

El autor, que con tan buen tino está guiando el Greenlanterverso hasta cimas jamás alcanzadas antes, sorprende a propios y extraños con un imprevisible giro de guión en el que casi todos los personajes importantes que habían ido muriendo a lo largo del último año y que pensamos que jamás volveríamos a ver retornan inesperadamente a la vida.

Y con ello GEOFF! abra la puerta a todo tipo de consecuencias y posibilidades que ya han empezado a desplegarse a lo largo y ancho del Universo DC.

Cualquier guionista normal se habría conformado con esto.

Pero no GEOFF!

Y es que los personajes han regresado cambiados tras su estancia en el reino de la Parca.

En algunos se trata de sutiles detalles. Es de esperar que tal travesía deje huellas en quienes la han experimentado.

En otros se trata de cambios más profundos. Hawkgirl ha cambiado hasta de nombre.

(bueno, y de color de pelo, pero claro, es una chica así que eso no tiene nada de raro)

Pero sin duda el cambio más brutal e inquietante es el que se ha producido en Halcón.

No, no me refiero a Sasha Martens, el segundo Halcón.

Y no, tampoco hablo de Holly Granger, el tercer Halcón.

Es Hector Hall, el primer Halcón, quien ha retornado de entre los muertos. Y aparentemente es el mismo Halcón impulsivo y psicópata que quisimos y amamos durante años.

Pero sólo aparentemente.

Algo es diferente en Hector Hall.

Muy pero que MUY diferente.

Algo en su interior.

¿Cómo lo diría? ¿Cómo poner en palabras algo que es más que hecho demostrable una inquietante e intranquilizadora sensación?

¡Contemplad esta portada!

No, vuestros ojos no os engañan.

Ahora Hector es una Pájara de Presa.

(¿soy yo o se va viendo una pauta con el tema de Halcón?)