domingo, 12 de septiembre de 2010

Adoración

El nativo se lo contó todo al Darkstar.

Cómo en épocas pretéritas un meteorito sumió en el caos a su avanzada civilización.

Y cómo hace tiempo los alienos descendieron de las estrellas con su tecnología salvadora.

Pero su salvación tenía un precio.

Un terrible precio que debía pagar la población del planeta.

Que debía acudir regularmente a las moradas de los alienos, esos extraños lugares humedos, oscuros y llenos de vapor para permitir... para dejarse...

...dejarse hacer...

Incapaz de permanecer inactivo ante tamaña ignominia el Darkstar se propuso salvar a los pobres nativos de décadas de degradación a manos de los depravados alienos.

Pero no tuvo en cuenta un detalle crucial. Un principio universal y omnipresente que rige la mecánica del cosmos. Que tras tantos y tantos años...

...el roce hace el cariño.

1 comentario:

Necio Hutopo dijo...

SI al final la cosa no era tan mala... Me preocupa más el tornillito frankisteinoso que le sale del cuello al nativo de la última viñeta...