lunes, 20 de septiembre de 2010

El Bueno de Norman

¿Sabeis lo que os digo? ¡QUE ESTOY HARTO!

Un escote desparramado por aquí.

Una escena de cama por allá.

Los comics de hoy en día desbordan sexo, sexo y más sexo.

Vamos, como si no hubiera otra cosa en la vida.

Y ya no puedo más.

Y ni siquiera me queda el recurso de retirame a los tebeos de la edad de oro, aquella época más simple e inocente (muchas gracias, Jotacé).

Así que abandono los Cuatro Fan... quiero decir, los comics, ese mundillo copado por obsesos sexuales masturbadores compulsivos, y me paso al apasionante mundo de la ilustración clásica.

Relajaré mi mente con el vigoroso trazo de Doré. Serenaré mi alma con la pausada belleza de las estampas de Beatrix Potter.

Y qué decir del mas grande entre los grandes, del legendario Norman Rockwell.

Nadie como él ha sabido captar la esencia de una nación hasta el extremo de convertir su apellido en un adjetivo de la misma. Pocos han sabido capturar la cotidianeidad de la vida humana de manera grandilocuente y modesta al mismo tiempo.

Sólo Norman podría haber realizado una obra maestra como Día de una Niña.

Alguien con su dominio de la expresividad...

...su sensibilidad para la luz y el color....

...su talento para la composición visual...

...su... su... ¡BASTA!

¡¡¡DIMITO!!!

1 comentario:

Necio Hutopo dijo...

Cuánto bien ha hecho el marciano al mundo...