Capítulo XCMI
Una y otra vez me repetía a mi mismo el mantra que había sido mi luz y guía a lo largo de toda mi vida: "no hay límites al conocimiento, no existe el saber prohibido..."
Mientras tanto, desde las estanterías nos saludaban burlonas las polvorientas portadas de arcanos volúmenes contenedores de blasfemas ideas. Retándonos implicitamente a abrirlos y descubrir los impíos secretos que contenían.
Y posiblemente perder la cordura en el intento.
Estaba el notorio Necronomicon sobre cuya amenaza nos advirtió Lovecraft.


Una esperanza que finalmente se tornó vana cuando, sin previo aviso, doblamos la esquina de un stand para encontrarnos cara a cara con una aparición surgida de abisales profundidades que ya eran antíguas cuando la misma Tierra era joven. Una indescriptible forma de mutantes proporciones y engañosa silueta que avanzaba hacia nosotros con reptantes pasos.

Por un segundo llegué a pensar que íbamos a sobrevivir a la experiencia.
Y entonces lo vimos.
Contemplamos el primigenio abismo cuya simple visión succiona todo atisbo de racionalidad de la mente del pobre desdichado que clava su vista en él. El supremo y monstruoso vórtice donde se concentra la Nada que un día ha de devorar al mismo universo hasta devolver la realidad a la calma absoluta de la entropía. El irresistible remolino de maelstrómica fuerza del que nada que haya caido en sus dominios puede volver a salir.
Estábamos viendo ese escalofriante terror que los hombres han llamado...

Mis compañeros emitieron un último y lastimero quejido, apenas una exhalación colectiva, mientras sus cerebros quedaban vacios de todo atisbo de pensamiento.


¿Que cómo es que yo logré salir de allí con la mente intacta, preguntais?
Ah, bueno, es que eso de seres primigenios enseñándo el trasero puede que sea terrible para vosotros los peninsulares, pero uno vive en Dark Santacruz City, ha visto qué es lo que hay en el fondo del Barranco de Santos y, cada vez que pone la tele, ve cosas como esta...
Así que ya puede venir Nayarlathotep a hacer lo de tocar el piano delante mío o Shub Niggurath a montar el numerito de lanzar pelotas de ping pong que a mi plim.
"+100 a la tirada de cordura" lo llama un amigo mío.

2 comentarios:
Ese c*l* no le duraría dos minutos a Batman
palabra de verificacion: "sacto" xD
yo me quede flipando de que por detras fuera tan mono y por delante tan feo xD
por cierto...maelstromico xDDDD vete a sustituir a los de la rae ya xD
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