Divina es-taaa-aas...

-Muy bien-dijo el genio- Al fin y al cabo es cierto que me has liberado. Si no hubiera sido por tí sólo Alá sabe cuántos milenios más habría pasado atrapado en esa maldita lámpara. Seré compasivo.

-Entonces... ¿v-vas a perdonarme la vida? -inquirió esperanzado el peregrino.

-No, lo siento. He pasado demasiado tiempo prisionero. He acumulado demasiado odio. Juré matar a la primera persona que me liberara y la palabra de un efrit es sagrada, tanto más ante sí mismo.

-Pero...

-Lo que voy a hacer es permitirte elegir la manera en la que mueras.

-Oh.

-Piénstaleo bien y pide libremente. Nada, absolutamente nada está más allá de mi poder.

-Hmmm...

-Me permito recomendarte una muerte lo más rápida y segura posible. Algo que te mate instantanea e indoloramente. Y, si ello es posible, que te proporcione unos últimos segundos de vida plenos y felices. Sé que es dificil pe...

-¡Ya lo tengo!

-¿Lo tienes?

-¡Desde luego! Y es algo que reune todas y cada una de las condiciones que me has sugerido.

-Muy bien. Creeme cuando te digo que me alegro sinceramente. Y dime, ¿qué deseas que te haga?

-¿Tú? ¡Nada de nada!

-Creo que no has comprendi...

-He entendido perfectamente. Tan sólo necesito que me teleportes al momento y el lugar exacto que ahora te diré. Debes ser preciso y colocarme justo en medio. Y puedo asegurarte...


...que mi muerte será tan instantanea como plena de felicidad.