Ahhhh, Japón.
Esa tan milenaria como exótica cultura de allende los mares.
Se hace dificil explicar la fascinación que puede ejercer la tierra de la flor de loto a quien no ha sido iniciado en sus recónditos ceremoniales o sus complejas tradiciones. La mayoría de la gente sólo ha tenido contacto con sus más extravagantes expresiones como los concursos extremos de televisión o las narraciones de cefalópodos románticos.
Pero Japón es más. Muchísimo más.
Japón es un estado mental. Es una perspectiva diferente. Si consideramos el corpus social como una entidad material y objetiva podríamos comprender la cultura nipona como una foto tomada de tal objeto, igual que la occidental, guiada por los mismos proncipios físicos, pero a través de una lente completamente diferente.
Esto, claro, se aplica a todas las instancias de la vida. En cualquier situación, desde la más cotidiana a la más excepcional, un súbito del Emperador actuará como sólo un japonés lo haría.
Por ejemplo, supongamos que, en plena Segunda Guerra Mundial, alguien decide que es una buena idea hacer una portada estilo Hola! con las hijas de tres jerifaltes diplomáticos de las naciones del Eje posando en plan animadora.
(lo que, ya en sí mismo, constituye una idea que sólo podría haber surgido de una mente japonesa)
Tened por seguro que la hija del japonés destacará de entre las otras perras desalmadas sanguinarais...
...por ser la única que sonrie de buen rollito.
(fuente)
2 comentarios:
¿La de hasta atrás de qué nacionalidad es?... Es que da un poco de yuyu
En el enlace están identificadas, obviamente esa es la hija del embajador alemán. Ahora estará tratando como escoria a algún camarero mallorquín.
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