miércoles, 13 de agosto de 2014

Hablemos de Eso

No, no todo es glamour en la vida de un monstruo.

El público sólo ve las partes emocionantes. Las masacres. Las persecuciones. Las frases ingeniosas. Pero igual que un día tiene 24 horas la vida de un monstruo abarca momentos mucho menos movidos. Instantes de calma, de aburrimiento incluso, que conducen a un obligatorio autoexamen. Que hacen que hasta el más sanguinario asesino medite sobre el rumbo de su vida. Incluso que llegue a lamentar su elección profesional.

Algunos, presas de la depresión, incluso se dan a la bebida...

Mira a Freddie. Todo el rato de aquí para allá corriendo por sueños de adolescentes. Un no parar, oiga. Ahora soy camarero, ahora soy supervillano... Claro, así las frases lapidarias te salen solas, coño.

A Michael no, que no habla. Pero hala, esconderse en un armario y que su próxima víctima le enseñe las tetas es todo uno.

Y Jason. Vale que le hacen de todo, que todavía no lo han intentado matar con una apiusonadora pero ¡él ve más tetas todavía!

¿Norman? Si, puede que llevara una vida aburrida pero chico, ¿dentro de su mente? el chaval vivía en un carnaval pereptuo.


Y yo...

Yo tuve que elegir... ESTO... snifs...

Pudiendo pasar todo el santo día entre adolescentes con las hormonas locas lo paso rodeado de putos cr...

-¡Peniguais, Peniguais, dime eso de que ahí abajo todos flotamos!


Chúpamela, puto mocoso de mierda...

1 comentario:

Necio Hutopo dijo...

Triste la vida de un triste personaje creado por un triste escritor...