Nuevamente forcejeé intentando liberarme pero mis captores me habían inmobilizado con atenazantes ataduras imposibles de aflojar y sólo conseguí retorcerme indefensa y que mis turgentes senos bambolearan amenazando con salirse de la blusa y quedar expuestos a las lascivas miradas de los nativos. En sus ojos cargados de lujuria que escudriñaban cada centímetro de mi blanca y pálida piel podían leerse claramente sus inequívocas y aviesas intenciones.
Sabedores de que me tenían en sus manos comenzarona a acercarse a mí, sus musculosos cuerpos de ébano esculpido perlados por el sudor del deseo salvaje e incontrolado. Completamente impotente tuve que contemplar cómo me meneaban por delante unas monstruosas serpientes negras grandes, duras y potentes que serpenteaben frente a mi cara amenazando con destrozar mi indefenso cuerpo. Completamente a su merced miraba esos gigantescos ofidios sabiendo que no podía hacer nada por evitar que hicieran conmigo lo que quisieran para satisfacer sus primitivos instintos. Más cerca de mí a cada segundo que pasaba.
Y entonces apareció el imbécil de mi marido vociferando nosequé de que venía a salvarme y los pobres tuvieron que taparse corriendo y sacar un par de culebras negras para disimular. Chica, es la última vez que me voy de vacaciones con él.
jueves, 16 de junio de 2011
Pulp Faction (3): Acción en la Jungla
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Land of Xucu-Xucu,
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Pulp de Tamarindo
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1 comentario:
Pero vamos... Inverosímil... Las mujeres de esos pueblos se la pasan todo el día con las t*t*s al aire, para qué querrían los hombres vérselas a la chica blanca?
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