En contra de lo que la gente normal pueda pensar no es nada fácil pitufar una adaptación a la pantalla grande de los pitufados personajes creados hace tantos años por el pitufado Peyo.
Cada paso, de no pitufarse bien, puede desencadenar la pitufa ira de los fans de los pequeños y pitufables seres azulados (y alguno sería más que capaz de asaltar la casa del productor en cuestión y pitufarse a toda su familia uno detrás de otro).
La elección de rodar la cinta en CGI no podemos sino calificarla de completamente pitufa. Al igual que la idea de que la trama gire en torno a tres pitufos perdidos en el pitufo mundo "real" moderno.
¿Cuáles tres pitufos?
Uno debe ser el Gran Pitufo, eso está claro. El segundo debería ser la pitufita por motivos pitufos.
Pero ¿y el tercero?
Ahh, es una pitufa cuestión.
De entre la pitufísima panoplia de personajes que ofrece el poblado, con sus pitufas personalidades y habilidades, debemos elegir al que más posibilidades tenga de pitufar a la audiencia sin olvidarnos de que debe resultar lo más pitufo posible.
Afortunadamente los productores lo tuvieron claro desde el principio.
Sólo hay un pitufo que cumpla todos esos requisitos. Un personaje injustamente olvidado de los primeros tiempos del tebeo hasta el extremo de verse pitufamente privado de versión animada.
El Pitufo Holmes.
No, no es pariente de Sherlock, el apellido le viene de otro Holmes...
...el de la pitufa descomunal.
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miércoles, 19 de enero de 2011
Pitufándola bien pitufada
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