Pues es como el anuncio ese de los móviles.
De repente, te acuerdas de una canción...
Y cuando tiene un, digamos, vasto fondo de armario de canciones que se despliegan a lo largo de un extenso paisaje emocional a veces una canción-recuerdo surge como una erupción, olvidado magma a presión desde las capas más profundas de la memoria.
(Y con esto completo mi cutoa de metáforas para este semestre, gracias por su atención)
El caso es que hará una semana en una de esas erupciones me acordé de un tema en el que no había pensado en años; la canción del tío que asesinaba a su novia adolescente.
Hay que situarse en el contexto histórico. Eran los años ochenta y aunque hacía un lustro que se decía que el fenómeno de los cantautores estaba acabado Serrat seguía llenando aforos en sus conciertos. Claro que hay que entender que era una época donde todavía existían grupos españoles que cantaban en español y que intentaban cuidar las letras de sus canciones.
Y, aunque ésto suene todavía más increible, hasta sonaban en los 40 Principales.
El caso es que el fenómeno cantautor había intentado evolucionar más allá del rollo guitarra contestataria (¿de verdad creiais que Joaquín Sabina era único?). Uno de esos cantautores post-urbanos tenía un tema sobre una chica que acababa de yonki sin techo y terminaba muriendo en la calle.
Si. En aquella época había canciones que contaban historias. Y algunas hasta acababan mal. Y también había películas que acababan mal, pero eso es otra historia...
El caso es que del mismo cantante había un tema que contaba cómo se encontraba con una foto de un antíguo amor y se acordaba de ella. En forma de diálogo imaginario le iba contando cómo recordaba aquellos días. Con estrofas como "tu cuerpo no era pecado, pero no pases cuidado, luego me lo cobré..."
Todo lo cual daba un giro siniestro cuando al final cantaba "por eso te maté..."
Chico conoce a chica. Chico y chica se hacen novios formales. Chica no deja que chico le meta mano. Chico mata y viola en ese orden a chica y, años después, se acuerda de ella.
El Martha de Tom Waits reescrito por William Burroughs.
Éstas cosas solo podían pasar en los ochenta, coño.
Y todo hubiera quedado en un mini-flashback si no fuera porque ando otra vez en temporada psíquica, y tres días después Jorge Javier Vazquez, comentando la cantidad de veces que hablan de prostitución en el Tomate, menciona el tema de la chica sin techo.
Clara.
De Joan Bautista Humet.
Y uno, dando gracias a Diso por vivir en la Era de la Infomación, corre a googlearlo. Y el Señor Humet no solo sigue vivo, es que hasta tiene página oficial y todo. Con su Email, su foro, su discografía...
Y su listado de canciones...
Y en fin. ¿Cómo decirlo?
Que nunca me había parado a pensar en cuánto depende cómo interpretas una historia del título que tenga...
Ahora sé cómo se sintió el policía que perseguía al Fugitivo en el juicio en el que se demostró que era inocente.
(Hmmm ¿sabe alguien cómo descargar una canción que se reproduce online mediante el Flash Player?)
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viernes, 9 de marzo de 2007
Destelloatrás
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