miércoles, 25 de abril de 2007

Las Crónicas Decapodianas: Cita sin Rama

Superando el estréss post traumático de combate y los terroríficos flashbacks, Zoidberg ha retornado a ése páramo de la razón barnizado de dunas, a ésa tierra fronteriza de la cordura chamuscada por el sol, a ése insondable maelstrom de locura fosilizada en cemento.

Zoidberg ha retornado a Dark Moredoves City.

Y ha vuelto para contarlo.

Incesantes vientos nocturnos traen consigo monstruosas criaturas antediluvianas...

Si, si, reiros, pero a las doce de la noche 20 centímetros de polilla negra que chilla acojonan...

Por las noches, bajo la luz multicolor de los chiringuitos, los nativos se entregan a extraños rituales y entonan melodías de ignotas tierras...

Imagen tomada con gran riesgo para la integridad del crustáceo.

La luz del amanecer trae consigo una promesa de paz y cordura. Cotidianeidad en forma de comercios con rótulos comprensibles.


Lamentablemente es una promesa falsa...

Zoidberg prefiere no pensar en qué prohibe este rótulo...

El turista ocasional acaba agradeciendo que locales como este...

...estén misteriosa y permanentemente cerrados.

Pero visiones y sonidos que arrasarían la corudura de mentes corrientes cual castillos de naipes no son más que meras incomodidades para Zoidberg. Tal y como había prometido, ha localizado todas y cada una de las básculas de la zona y ha anotado su posición en un mapa. Como cualquiera que se haya leido From Hell puede suponer, el dibujo resultante explica con escalofriante claridad la auténtica misión de las Básculas de Dark Moredoves City.

Lamentablemente tal secreto no puede ser revelado sin causar la locura instantánea y suicidios masivos entre los lectores, talmente como el Secreto de Tiphares. Así que Zoidberg ha decidido destapar un enigma apto para todas las corduras:

CITA sin Rama





Son poco más de 19.600 metros cuadrados a latitud 27º 45' 07'' norte y longitud 15º 34' 32'' oeste. Su aparentemente inofensivo exterior...

...dotado incluso de minigolf...

...y de pintorescas reproducciones de monumentos internacionales...

El Big Ben...
La Torre Eiffel...
La Torre de Pisa...
¿Lo cualo...?

...está diseñado para atraer a todo incauto que no preste atención a los terribles ídolos con los que comparten fachada.

Los lectores de estas crónicas ya conocen al Guardián del Parque.

Pero no a otros seres avistados en la zona como el Mencey del Lago.

O la Venus en Sombras.

O las gárgolas de terrible gesto y fiera mirada que acechan en sus entradas.

¿Dos sirenas? Me pregunto si...

Naaah...

Acompañado de un guía nativo, Zoidberg ha osado penetrar en las tenebrosas entrañas de CITA.

Una aparente normalidad reina en sus capas superiores.

El visitante estará seguro mientras no se le ocurra tomarse un café y pretender pagarlo.

Pero, como en tantas otras ocasiones, tal tranquilidad es sólo un tenue velo que apenas alcanza a cubrir una aterradora realidad. Incluso a las puertas del subterráneo nada aparenta otra cosa que normalidad.

Música Dura, Bares para farmaceuticos...

Refugios para osos que se hayan portado mal, chapas...

Bares para chicas llamadas Heather o Jean, clubes relajados de mañanas...

Y la respuesta al enigma ¿Qué fué de las bailarinas de Ay Qué Calor? Vamos, lo más normal del mundo.

La Expedición Zoidberg se adentra valientemente en las oscuras profundidades de CITA...

...dejando atrás la seguridad de la luz diurna.

Todo para encontrarnos con la primera decepción. Las Chicas Chin Chin no están.

Las pobres han debido de pillar agujetas después de posar para el logotipo del club.

¿Hasta cuándo? Ah, señora, datis...

No obstante avanzamos confiados ante la abundancia de evidencias de actividad local.

Aparte de un centro de ocio, CITA parece ser un foco industrial con factorías y máquinas de vapor.

La Expedición sigue avanzando sólo para encontrarse con un decepcionante vacío.

Saludados por el eco de nuestros propios pasos.

Anillo para Gallos, cerrado.

Chapas, cerrada.

El Guia Nativo expone la risible teoría de que para encontrar más actividad deberíamos haber visitado la zona de noche en vez de a las cuatro de la tarde. Zoidberg prefiere no humillarle explicándole lo ridículo de su afirmación.

Decepcionados nos dirigimos de vuelta a la superficie. Y justo en el momento en que se vuelve a vislumbrar la luz diurna el Guía Nativo estalla en histéricas carcajadas, su cordura perdida para siempre cual barco de papel arrastrado por un tsunami.

A duras penas Zoidberg consigue arrastrarlo hasta la salida mientras se debate con la fuerza de cien mil maníacos y grita entre estremecedores aullidos: "Un ventilador... Un ventilador a la puerta de una sauna... Un ventilador..."

Desvaríos de un demente, claro. ¿Quién haría tal cosa?

Sería como meter una estufa dentro de una nevera para mantenerla templada.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Mira que la zona de bares da jari...mira que semejante vacio da mal rollo...pero lo que me va a dar pesadillas a base de bien ES ESA PUTA POLILLA ASQUEROSA!!!!

*LoKKie,polillofobica desde que vio mothman :_(

Necio Hutopo dijo...

ALguien ha notado que la Venus esa que no tiene manos está, justamente, bajo un anuncio de manicura... Publicidad por el absurdo?

E. Martin dijo...

Y eso que no la oiste revolotear chillando... Brrrrr...

Anónimo dijo...

Ah,pero que encima chillaba de verdad????? Vamos,estoy yo ahi y oigo eso "chillando" y la que deja sorda al edificio de un chillido soy yo,de la grima :S

Anónimo dijo...

yo tambien he paseado por las entrañas del cita... sufri convulsiones un dia, una verja a medio cerrar invitaba a pasar aun local oscuro y extraño, yo no veia a nadie pero sabia que habia gente cerca . mrandome , esperando que me despistara para raptarme por siempre.

cualquier intento de conservar la cordura es escaso, quien haya estado ahi sabe a lo que me refiero

Anónimo dijo...

prometo daros una solución al enigma del ventilador gay, aunque me cueste la integridad estética de las niñas de mis ojos