domingo, 13 de enero de 2008

One More Halloween

Ah, por fin está usted aquí.

Se preguntará por qué le he llamado. Bueno, por qué lo que se dice por qué no, que sólo le llamamos para una cosa, ¿verdad? Ji ji ji ji...

Quiero decir que seguro que se pregunta por qué he necesitado llegar a esto. Y, la verdad, casi me dan ganas de preguntármelo a mi también.

Cuando empecé todo era mucho más simple.


Me gustaba matar adolescentes guarrillas y era bueno haciéndolo. Y desde luego no me faltaba candidatas, que estas niñatas de hoy en día se bajan las bragas a la primera oportunidad. Y además terminaba con el correspondiente falso final de "¡sigue vivo!" lo que daba pie...


...a la inveitable secuela. Todo iba a pedir de boca.

Joder, si hasta tenía algo que ni el mariquita de Jason ni el yayo del Freddy tenían: ¡un archienemigo! ¡Y uno con carisma, además! Cómo echo de menos al bueno del Dr. Loomis. Un psiquiatra con pistola, qué concepto.

Una vez le oí decir a un político heroico al que admiraba intensamente que "los experimentos, en casa y con gaseosa". Alguien no oyó tan sabio consejo.


Y este fue el resultado (y podría haber sido peor, que algún listo lo quería titular "Ultimate Halloween"). Algunos compañeros me han contado horripilantes historias de reconversiones y reimaginaciones pero, ¿no aparecer en la tercera parte de tu propia saga? Eso figuraría en el Libro Guiness si no fuera porque esos irlandeses son unos meapilas.

Menos mal que al final se impuso el sentido común y volvi. Vaya si volví. Dando subtítulo a la película y todo.


¡Ahí, ocupando cartel! ¡ZAS! ¡En toda la boca!

Y en la siguiente ¡lo mismo!


Vale que ahora resultaba que Laurie, la víctima que me había durado dos películas, era mi hermana perdida. Ya sólo me faltaba a Loomis diciéndome que era mi padre. Pero bueno, tras tantos años era normal ir acumulando un poco de continuidad.


Y bueno, puede que lo de retconear mi nacimiento para meter rituales druidas fuera pasarse. Pero ya no estábamos en los ochenta, la gente ahora era más sofisticada y no se creía que me pudieran vaciar encima cargadores enteros de balas sin que pestañeara. Había que explicarlo de alguna manera.

De todas formas no era nada que no arreglara un back-to-basic.


Bueeeno, vaaale, significaba tener que correr detrás de la Laurie por tercera vez. Pero eso no me importa tanto, ¿se ha dado cuendo de cómo se le agitan las...? Bueno, de cómo corre.

Aunque, la verdad, nunca entendí que tenía que ver el agua en todo esto.

A lo mejor era una premonición de que mi siguiente película iba a hacer agua.


Metieron a los concursantes del Gran Hermano yanki en mi casa y me pusieron a matarlos. ¡A MI! ¡A Michael Meyers!

¡¡¡Cualquiera querría masacrar a los concursantes de Gran Hermano!!! ¡¡¡ESO NO TIENE NINGÚN MÉRITO!!!

Así que la cosa ya no tiene remedio. Tengo que volver a mís origenes. A cuando todo era más simple e inocente. Necesito atraer al espectador casual que no quiere cargar con la continuidad de ocho películas.

Quiero un retconeo.

Usted se especializa en esas cosas, ¿no?

Por supuesto.

Y se la dan bien, ¿verdad?

Desde luego. De hecho no hace ni dos años que he realizado un en todo el Universo DC y nadie se ha dado cuenta.

Sólo me preocupa una detalle; el efecto mariposa. Temo que si esta vez se cambia algo, cualquier cosa, genere una cadena de acontecimientos que haga que no acabe matando a mi hermana. Temo acabar de empresario de la construcción o incluso (gasp) de Editor en Jefe... Pase lo que pase ¡quiero seguir siendo un honesto asesino en serie!

No se preocupe, Señor Meyers. Lo tengo todo planeado. Verá, en esta nueva continuidad, su padrastró será el gangster enemigo de Dick Tracy Cabezaplana.


El director del manicomio donde pasará diez años, el Barón Frankenstein.


Por lo que no le extrañará que la jefa de enfermeras sea Stirba, la reina de los hombres lobo.


O que el viejo conserje que será como un padre para usted, el violador en serie Johnny 23.


Cuando finalmente escape descubrirá que Sheriff encargado de mantener la paz en su ciudad natal, Chucky.


Y podrá recorrer en libertad un mundo en el que el estado es capaz de coger a un niño asesino y entregárselo para que lo cure a Alex.


Así que no se preocupe. Mi plan es infalible y la satisfacción del cliente está garantizada. ¿Alguna pregunta antes de proceder?

A decir verdad, solo una. ¿Por qué es usted clavadito al surfista hippi de 2019: Rescate en Los Ángeles.


Me temo que esa es una larga, triste y absurda historia.

2 comentarios:

Necio Hutopo dijo...

Y habrá que agradecer que su madre no es una que yo me sé...

Anónimo dijo...

La madre que le parió sólo es la novia del director, y si Tim Burton lo puede hacer con la intragable Bonham-Carter...