jueves, 13 de noviembre de 2008

Buena Muerte

Por pedir, a uno le gustaría morirse a los 250 años en la cama con cuatro valkirias. Bueeeeeno, con dos. Vale, si es a los 225 tampoco pasa nada (supongo que para entonces ya habrá terminado Galactica).

Y de lo que venga a continuación, a mi me encantaría encontrarme a Thanos y que me presentara a su chorba.

Ya lo se, uno no puede elegir esas cosas. Pero hay otras que uno si debería poder.

El problema con la eutanasia es que sólo se habla de ella cuando se produce un escándalo. Incluso cuando no sea un caso real de eutanasia sino una noticia prefabricada con abundancia de imágenes y escasez de deatos (y hasta los fachistas se han dado cuenta). Del abanico de frentes en los que el poder eclesiástico sigue presentando batalla a las libertades civiles el de la eutanasia siempre es visto como el menos importante. El presunta plan de crescendo manifestorio que planeaba la Conferencia Episcopal en el 2006 empezaba con una manifestación contra la eutanasia que se suponía iba a ser seguido por temas de mayor calado. Cuando una inmigrante griega empieza a soltar barbaridades se monta un mayor escándalo sobre las referentes al divorcio o la homosexualidad.

Y hasta cierto punto es bastante lógico. La mayoría de la gente tiene conocidos o amigos homosexuales (o lo son) y no es descabellado pensar que en algún momento necesiten divorciarse. Pero nadie quiere pensar en la muerte. Y mucho menos en encontrarse en una situación tan terrible que la muerte es una alternativa preferible y no poder suicidarse.

Y oiga, yo no tengo ningún problema en que un católico se corra de gusto mientras agoniza entubado hasta el culo, como no lo tengo con que un testigo de jehová se deje morir por no hacerse una transfusión de sangre. Mi problema es que se crean con el derecho a imponerme a mí sus supersticiones y encima si uno se resiste se pongan a gritar que están siendo atacados por una ofensiva laicista.

Dice un arzobispo que la muerte de Cristo fue digna. La crucifixión es una de las formas de ejecución más lentas y crueles inventadas por el ser humano. Leed aquí lo que los curas creen que todos deberíais sobrellevar. Pero claro, también dicen que los menores abusados se lo han buscado.

Cada vez me parece más imposible de creer que Ignacio Ellacuría fuera católico y español.

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