lunes, 26 de abril de 2010

Enseñar Deleitando

Uno de los más extendidas y erróneas ideas referente al mundo de los videojuegos es que lo educativo que sea un título es inversamente proporcional a lo divertido que sea.

Nada más lejos de la realidad, queridos amigos.

De hecho existe un juego de reciente aparición que inculca en los que lo juegan los valores de la amistad, el respeto a los que son diferentes y la tolerancia hacia otras culturas, todo ello sazonado con acción a raudales.

Y tú, el del fondo, el que tiene un sobrino al que tales lecciones le vendrían bien pero sabe que su hermano, facha tradicionalista de los que se les hincha la vena cuando alguien se manifiesta contra los toros, tranquilo. Quizá no le permitiera a su hijo jugar a algo que promoviera la multiculturalidad pero ¿y a algo que además enseñara a respetar las tradiciones como irrenunciable parte de la herencia cultural? ¿Y que, por si fuera poco, lo hiciera resaltando el imprescindible rol de la familia como espina dorsal de la propia identidad?

¿Imposible?

¡A eso digo NORRRL!

¿Cómo? ¿Qué qué tolerancia enseña un juego en el que tres especies diferentes proceden a romperse la crisma mutuamente con apasionada fruicción?

La respuesta, es obvia.

El jugador se mete sucesivamente en la piel de cada una de las tres especies, experimentando el mundo desde sus respectivos puntos de vista y aprendiendo que quien aparenta ser un enemigo mortal resulta ser simplemente otro ser viviente también capaz de sentimientos y emociones.

¿No es hermoso?

Pues todavía hay más.

Como depredador, el jugador aprende a respetar las sagradas tradiciones y costumbres mantenidas desde tiempo inmemorial, no importa lo bárbaras y sanguinarias que puedan parecerle a los extranjeros. Pues es en esas tradiciones donde reside el hecho diferencial, la misma esencia central de nuestra cultural.

Como marine colonial el jugador descubre los valores de la amistad y el trabajo en equipo, pues son imprescidibles para garantizar la supervivencia.

Y, finalmente, como alien, al jugador se le enseña que la familia es la base de la sociedad, la unidad nuclear en la que planta sus raices el frondoso arbol que es una nación.

Así es Aliens vs Predator.

El juego educativo DEFINITIVO.

1 comentario:

LoKKie dijo...

Eso es que no has jugado al starcraft,bonico :P