lunes, 6 de junio de 2011

Fauces Mortales

Nos sentimos los reyes de la creación.

El ser humano ha tardado milenios, pero ha logrado dejar de ser aquel homínido semipeludo que cubierto con pieles de oso sobrevivía a duras penas atrincherado en una caverna.

No existe ningún animal que no podamos matar.

A muchos los hemos exterminado.

Y sin embargo este es uno de esos casos en el que el dicho de Paul Usul "aquel que puede destruir algo lo controla" se revela vacuo e incompleto. Es precisamente gracias a que nos creemos a salvo de las amenazas naturales que acecharon a nuestros ancestros que, de repente, nos encontramos tan vulnerables e indefensos como lo estuvieron los Hombres de Cromagnon.

Basta con caerse al agua en el lugar equivocado...

O al río...

O, al llegar al tercer arbol según se sale de la hondonada, torcer a la derecha en lugar de a la izquierda...

Pero la peor amenaza no son los grandes depredadores. A esas descomunales bestias se las ve venir.

A quienes deberíamos tener miedo son a los insidiosos animalillos cuyo engañosamente diminuto tamaño alberga una implacable letalidad.

Sea porque actuan en grupo...

...o porque esa maldita zorra que los hippies llaman "madre naturaleza" les ha regalado auténticas y mortales armas de destrucción masiva.

Puede que creais que esta galería de los horrores ha cubierto las más terribles fieras capaces de acabar con nuestra falsa sensación de seguridad en menos de un segundo.

Os equivocais.

Hay un animal que es más mortífero que todos los anteriores juntos.

Una abominable alimaña cuya malignidad justificaría plenamente su inmediato genocidio.

Un ser que no sólo ha logrado camuflar sus letales atributos sino que mucha gente considera curioso y encantador.

La amenaza a la que me refiero se llama... ¡EL CASTOR!

Si, he dicho "el castor".

No me mireis así, no estoy loco.

Los locos sois vosotros, que todo este tiempo habeis tenido delante de vuestras narices el hecho de que los castores poseen una dentadura específicamente diseñada para cercenar leños a base de cortantes dentelladas.


OUCHHH...

4 comentarios:

Gabriel Gavina dijo...

Lo de la imgen no son castores, son nutrias...

Bac Hylon dijo...

Nutrias, o si me apuras, comadrejas... :P

Necio Hutopo dijo...

Los castores no se ven porque están cercenando el tronco del pobre chico... O se creen que la cara que pone es por la rata que le muerde el cuello?

E. Martin dijo...

Lo que no sabeis es que los castores también son maestros en el arte del camuflaje. Estirando el cuello y enrollando la cola se hacen pasar por inofensivas nutrias para acercarse al indefenso bañista.