martes, 4 de diciembre de 2012

El Nombre de la Cosa

-¿Richard?

-Dime, suegro.

-He... he decidido financiar tu negocio.

-¿De verdad? ¡Gracias, Pa...!

-¡SUEGRO!

-Gracias, suegro.

-No lo he hecho por tí, Richard. Lo he hecho por Emily.

-Ya lo suponía, suegro.

-Ella te quiere y yo... yo quiero que sea felíz. Sólo te voy a imponer una condición.

-¿Y cuál va a ser, suegro?

-Sabes que... por decirlo de alguna manera... no tenemos las mismas opiniones políticas. Yo soy un progresista pacifista y tú... Bueno, no hay más que ver la naturaleza del establecimiento que vas a abrir con el dinero de mi préstamo.

-Pero dices que lo vas a financiar.

-Sí, lo haré. Pero a cambio quiero que intentes mantener el buen gusto. Que no te regodees en la abyecta naturaleza de tu negocio. Que el mismo nombre que le pongas al local sea un síntoma de respetabilidad y de la distancia que marques ante los aspectos más despreciables y chabacanos de tu negocio.

-Suegro, dalo por hecho...


1 comentario:

Necio Hutopo dijo...

Estamos seguro que es una tienda de caza? O bueno, exactamente qué se pretende cazar con los artículos que ahí venden?