Como dijo el bardo de Northampton, "puede que los humanos no conozcamos los nueve movimientos básicos del combate aereo pero somos muy hijos de puta".
Asi que por terriblemente enloquecedor que fuera el digimorfismo, por catastróficos que fueran los estragos que causara en las filas de la humanidad, era inevitable que los mamiferos aprendieramos de ella y se la devolvieramos.
No con los dedos, por supuesto, que cinco son imprescindibles para tocarse una buena... ehmm... para tocar el piano adecuadamente... Sí, eso, el piano.
Pero las fuerzas de defensa de la humanidad encontraron una manera perfecta de adaptar tal estrategia a nuestros modos de combate: EL POLICÓPTERO.
Una implacable arma de destrucción que, vista de frente...
...es un helicóptero AH-64 Apache...
...pero cuyas aparentemente metálicas e inmutables formas al virar y ponerse de perfil...
...fluyen y mutan hasta convertirse en las de un AH-1 Supercobra...
...aprovechando la confusión mental casuada por tal maniobra en las tropas reptiloides para volver a ponerse de frente...
...y arrasar sus filas como Apaches otra vez.
La táctica tiene unos efectos tan devastadores en la cordura de quienes la contemplan que en alguna ocasión hasta ha afectado a los propios pilotos del Getter Robo.
Que sí, vale, puede parecer una estratagema demasiado cruel pero oye, fué el Imperio Dinosaurio el que empezó esta guerra y no los humanos ¿vale?
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