miércoles, 29 de enero de 2014

La Trama

Oh vamos, no me digais que no es previsible.

¿De verdad que soy el único que se ha dado cuenta?

Joder, si fuera una película sería el típico giro de guion pretendidamente sorprendente que ya te ves venir tras los primeros diez minutos de metraje.

Muy bien, lo contaré como si de un film se tratase a ver si así lo vais pillando.

Tenemos un pais que se cree lo más plús pero en realidad es borderlinamente tercermundista en gran parte gracias a la indisimuladamente lujosa vidorra que se pegan sus mandamases.

Un pais IMAGINARIO, ni que decir tiene.



Un país cuyo monarca se va acercando ya a una edad en la que tiene que empezar a meditar qué últimas palabras de sabiduría va a susurrar en su lecho de muerte y cuyo príncipe heredero ya va teniendo estudiado cuál es el perfil bueno con el que va a tener que posar para las monedas.

Dicho príncipe heredero tiene un, digamos, incidente aereo...



Incidente que se repite en un corto espacio de tiempo. Y no es la primera vez.

Bueno, los fallos mecánicos son imprevisibles, ¿no es cierto? Tampoco hay que imaginarse nada raro.



A menos que alguien tuviera motivos para quitarse de enmedio al primogénito. Porque en caso de desaparecer, y tras el inevitable óbito de su progenitor, la corona pasaría al siguiente en la linea sucesoria.

Pero supongamos que tal persona fuera... ¿cómo decirlo?


Muy campechana.

Pero MUCHO.


Vamos, demasiado campechana.


Que es lo que a veces pasa en esos paises imaginarios, que sus monarquías imaginarias son todas supercampechanas y al casarse los unos con los otros ese campechanismo se multiplica por mil.

En ese (imaginario) caso el trono del reino pasaría a la siguiente persona.

Hasta aqui todo normal. Imaginario, pero normal.

Pero ¿y si dicha persona estuviera atravesando unos... problemillas? Problemillas... lupinos. Si, eso, lupinos.


Aún más, supongamos que por imprevisibles casualidades del caprichoso destino y sin ninguna intención ulterior la inalterablemente grabada en adamantium constitución de dicho reino imaginario incluyera una carta "Sal de la Cárcel" para su monarca en forma de claúsula de irresponsabilidad legal. Con lo que merced a un simple accidente dicha heredera podría...

Aaahhh...

Ahora SÍ os lo veis venir, ¿verdad?


De nada, para eso estamos ;)

2 comentarios:

Necio Hutopo dijo...

De verdad ¿lo de la república no les parece una buena idea?

E. Martin dijo...

¿Con lo que molan esos uniformes grises del Imperio? ¿Y la posibilidad de ascender a jedi oscuro? Quite, quite...