Entre los incontables méritos del film Alien destaca por derecho propio la creación del artista suizo Giger que le da título.
Su indisimulada sexualidad fálica reverbera en todos los demás aspectos del guión, comenzando con su ciclo biológico.
Traducción: efectivamente, es una p*ll*.
De manera perfectamente coherente con su estadío primario: el facehugger.
Y es que el horror abismal que nos muestra la obra maestra de Ridley Scott explota sabiamente los terrores primarios de su público. En este caso, el de la violación bucal. Simbólicamente el alieno protagonista es una figura femenina que se ha apropiado de las herramientas falócratas de dominación sobre la mujer, como evidencia su misma cabeza, y las usa en una venganza de género contra lo masculino.
Trístemente el catecúmeno James Cameron obvia todo aspecto sexual en su tan bélica como soporífera secuela.
Su completamente carente de subtexto reina es digna del militaristicamente yanki bodrio que protagoniza y de su pueril argumento digno de un videojuego o, aún peor, de un tebeo.
Tras la interesante pero finalmente fallida tercera parte, residía en la siguiente secuela el peso de resucitar la franquicia. Irónico dado que se tituló Alien Resurrección. Tristemente, en última instancia fueron de nuevo las presiones de los productores las que redujeron la que podía haber sido una obra fílmica capaz de rivalizar con la primera película de la tetralogía en otra rutinaria secuela apta únicamente para extraer beneficios de un ciego y aborregado público seguidor de la saga..
Afortunadamente el tiempo lo pone todo en su sitio, y ha sido en la moderna Red De Redes (TM) donde han visto la luz tenues atisbos de la gran película que podría haber sido Alien Resurrección.
Comenzando con el diseño de su nueva reina, la popularmente conocida como "Newborn".
Y es que, en la mejor tradición de la fascinante criatura concebida por Giger, y a diferencia del plano y gris monstruito creado por Cameron el Newborn no sólo iba a retomar el interesante subtexto de lucha de sexos que marcaba la cinta original sino que iba a expandirlo.
Porque si en el primer Alien era una vagina la que se abría expulsando un facehugger violador facial en Alien Resurrección, tal y como había sido concebida, era otra parte de la anatomía femenina la que se vengaba contra la opresión masculina dándole la vuelta a la tortilla simbólica.
Y en el caso de su reina...
...eran las tetas, eternamente manoseadas por sudorosas y desagradables manos machistas, las que se vengaban convirtiendose en violentas manoseadoras.
He aquí el Alien Resurrección que pudo ser y no fué.
Siempre nos quedará Pandorum...
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