Ya superado el medio centenar de entregas pulp es probable que en la mente de los lectores de este humilde blog se haya ido formando una idea general de la anturaleza del género.
Sin embargo esa idea no es exacta.
Si, es cierto, el pulp se caracteriza por una efervescente mixtura de violencia y sexo sazonados con los más variados condimentos: nazis, ligeros, metralletas, comunistas, latigazos... Como una especie de alucinógena saga de Indiana Jones pergreñada por los Pajares y Esteso de una dimensión paralela.
Pero en el pulp hay más de lo tus ojos ven. El titilante festival fetichista que hemos podido contemplar hasta ahora no es más que una mínima parte de la ámplia panoplia de temas y tonos de que es capaz el género. El pulp puede ser riguroso e incluso educativo.
Si, he dicho educativo.
Si mirando una ilustración pulposa uno sabe separar el verídico grano de la fantasiosa paj... parte... se pueden aprender valiosas lecciones vitales. Por ejemplo sobre estilos de vida alternativos como el lesbianismo. Lo reconozco, el verdadero motivo de la abundancia de presencia sáfica en las portadas pulp es el erotizamiento intrínsice que conlleva pero los grandes ilustradores, al igual que las grandes luminarias de otros campos creativos, siempre fueron capaces de conjugar continente y contenido, entretenimiento y mensaje.
Sin ir más lejos, ¿cuántos de vosotros seguiais pensando a día de hoy...
...que la eyaculación precoz era un problema exclusivamente masculino?
1 comentario:
Pero es que ni siquiera había acabado de desvestirse...
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